jueves, 6 de diciembre de 2012

Lecturas del Día Viernes, noviembre 16, 2012

Primera lectura:
De la segunda carta del apóstol san Juan: 4-9
Hermanos: Me ha dado mucha alegría enterarme de que muchos de ustedes viven de acuerdo con la verdad, según el mandamiento que hemos recibido del Padre.
Les ruego, pues, hermanos, que nos amemos los unos a los otros. No se trata de un mandamiento nuevo, sino del mismo que tenemos desde el principio. El amor consiste en vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios. Y el mandamiento consiste en vivir de acuerdo con el amor, como lo han escuchado desde el principio.
Ahora han surgido en el mundo muchos que tratan de engañar, pues niegan que Jesucristo es verdadero hombre. Estos son el verdadero impostor y anticristo.
Pongan, pues, atención para que no pierdan el fruto de sus trabajos y puedan recibir la recompensa completa. Quien se aparta de la verdad y no permanece fiel a la doctrina de Cristo, no vive unido a Dios; el que permanece fiel a la doctrina de Cristo, ése sí vive unido al Padre y al Hijo.

Salmo responsorial:
Del salmo 118
Dichoso el que cumple la ley del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón.
Con todo el corazón te voy buscando; no me dejes desviar de tus preceptos. En mi pecho guardaré tus mandamientos, para nunca pecar en contra tuya.
Favorece a tu siervo, para que viva y observe tus palabras. Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 26-37
En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.
Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada".
Entonces, los discípulos le dijeron: "¿Dónde sucederá eso, Señor?". Y Él les respondió: "Donde hay un cadáver, se juntan los buitres".

1 comentario:

  1. Ese es el dilema de fondo que plantea el pasaje de san Lucas Ésa también es la disyuntiva que enfrentamos a lo largo de nuestra existencia: ¿vale la pena empeñar salud, recursos humanos y materiales por proyectos que en todo caso podrían acarrearnos un poco de dinero? ¿Tiene, sentido desgastarse y angustiarse por éxitos inciertos que no logramos atrapar, aun cuando descuidemos valores realmente imponentes, como la familia y la salud? En perspectiva cristiana podemos plantear ese dilema: ¿Vale la pena alejarse de Dios y de los hermanos para, conseguir una fortuna injusta a costa de nuestras convicciones creyentes? Eso, nos dice el Señor Jesús, equivaldría a perder la vida. Los destinatarios de la Segunda Carta de Juan atravesaban una situación de confusión, puesto que algunos predicadores espurios, pretendían alejar a los hermanos de la fe genuina, a cambio de alguna ilusión que finalmente resultaría decepcionante.

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