domingo, 30 de diciembre de 2012

Lecturas del Día Miércoles, diciembre 26, 2012

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Primera lectura:
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 8-10; 7, 54-60
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y signos entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los Libertos", procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría y el Espíritu con que hablaba. Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado". Diciendo esto, se durmió en el Señor.

Salmo responsorial:
Del salmo 30
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y guíame.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto las angustias de mi alma.
Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia.
 
Evangelio:
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los entregue, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará".
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1 comentario:

  1. El amplio relato del martirio de Esteban dejó una marca profunda y significativa en la vida de los primeros cristianos. Su entereza interior y la valentía para enfrentar inteligentemente a sus adversarios, apelando a las raíces históricas de Israel lo convirtieron en un referente para los discípulos de origen griego, que conformaban la comunidad cristiana de Jerusalén. La semejanza entre las causas de su martirio y la ejecución del Señor Jesús eran notorias. La actitud profética y libre con que ambos se posicionaron ante las instituciones más veneradas de Israel, a saber, la Ley y el Templo generó una hostilidad tan desbocada que se convirtió en violencia homicida. El Evangelio de san Mateo nos anticipa los sucesos violentos que encontrarían los misioneros cristianos. A la vez, nos reitera la otra cara de la realidad. Los cristianos que vivieron radicalmente su fe no realizaron ninguna acción heroica, simplemente fueron fieles al impulso del Espíritu. Esteban, lleno de Espíritu Santo, los animó a resistir pacientemente en la prueba.

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