viernes, 28 de diciembre de 2012

Lecturas del Día Domingo, diciembre 2, 2012

Primera lectura:
Del libro del profeta Jeremías: 33, 14-16
"Se acercan los días, dice el Señor, en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, yo haré nacer del tronco de David un vástago santo, que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén estará segura y la llamarán 'el Señor es nuestra justicia' ".

Salmo responsorial:
Del salmo 24
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de su alianza.

Segunda lectura:
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3, 12-4, 2
Hermanos: Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que Él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús.

Evanngelio:
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre".

1 comentario:

  1. En aquellos días profetiza Jeremías, vivirán tranquilos, porque Dios suscitará un nuevo vástago, que, establecerá el derecho en la tierra. El anuncio en manera alguna nos exime de realizar nuestros compromisos como personas y ciudadanos. Las profecías tampoco alientan la evasión del creyente, sino el compromiso más entusiasta. En esa óptica exhorta san Pablo a los cristianos de Tesalónica. La noticia de la venida del Señor implica asumir una actitud activa y responsable, practicando un amor creciente con los hermanos y con la sociedad en general. La certidumbre que nos comparte el Evangelio de san Lucas está fundada en la palabra del Señor. La culminación del Reinado de Dios no implica soñar despiertos Las palabras de Jesús no pasarán como la propaganda que envejece. Sus promesas resultan creíbles porque hay todo un "currículum" personal que lo autentifica como un profeta genuino, el verdadero Hijo de Dios, que da la vida sin regateos.

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