domingo, 30 de diciembre de 2012

El Evangelio Meditado del Día Sábado, diciembre 8, 2012

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Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
La misión de los discípulos
Mateo 9, 35. 10, 1. 6-8. Adviento. Nosotros tenemos que continuar hoy con la misión que empezaron los apóstoles.
La misión de los discípulos
La misión de los discípulos
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 35. 10, 1. 6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. Les dijo: "Vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente".

Oración introductoria:
Señor Jesús, porque mi fe es débil, ante los problemas cotidianos de la vida frecuentemente me siento como oveja sin pastor. Ilumina este rato de oración para que sepa ser fiel a las innumerables gracias que Tú me ofreces generosamente.

Petición:
Haz Jesús, que Tú seas todo para mí y que viva con la inquietud y el ansia de proclamar tu Buena Nueva a todas las personas.

Meditación del Papa:
"La mies es abundante" - también hoy, precisamente hoy. Aunque pueda parecer que grandes partes del mundo moderno, de los hombres de hoy, vuelven las espaldas a Dios y consideren la fe una cosa del pasado – existe aún el anhelo de que finalmente se restablezcan la justicia, el amor, la paz, que la pobreza y el sufrimiento sean superados, que los hombres encuentren la alegría. Todo este anhelo está presente en el mundo de hoy, el anhelo hacia lo que es grande, hacia lo que es bueno. Es la nostalgia del Redentor, de Dios mismo, incluso allí donde es negado. Precisamente en este momento el trabajo en el campo de Dios es particularmente urgente y precisamente en este momento sentimos de manera particularmente dolorosa la verdad de la palabra de Jesús: "los trabajadores son pocos". Al mismo tiempo el Salvador nos da a entender que no podemos ser simplemente nosotros solos quienes mandemos obreros a la mies; que no es una cuestión de management, de nuestra capacidad organizativa. Los obreros para el campo de su mies los puede mandar Dios mismo. Pero Él los quiere mandar a través de la puerta de nuestra oración. Nosotros podemos cooperar para la llegada de los obreros, pero podemos hacerlo solo cooperando con Dios. Así esta hora del agradecimiento por la realización de un envío en misión es, de modo particular, también la hora de la oración: Señor, ¡manda obreros a tu mies! ¡Abre los corazones a tu llamada! ¡No permitas que nuestra súplica sea en vano! (Benedicto XVI, 7 de febrero de 2011).

Reflexión:
Cada uno de los doce fue buscado, encontrado e invitado por Jesús. Fue una llamada original y muy personal que ahora se repite a todos "colectivamente". Desde el inicio, cada uno de los apóstoles se sentirá parte de un grupo muy especial de seguidores del Maestro. Serán sus íntimos, formarán la Iglesia, la única, pues habían sido convocados por el único Maestro. Con su trabajo de evangelización y con su vida entera, ellos extenderán y prolongarán la vida y misión de Jesús en el mundo y en la historia.
La Iglesia Católica ha cumplido dos milenios de darse al mundo, y de darse gratis. Pese a esta conciencia, el Papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores históricos cometidos por la Iglesia. Y a pesar de todo ello ¿qué hubiera sido del mundo, de tantos hombres anónimos, de tantos otros influyentes y poderosos, si no hubieran recibido la semilla cristiana, si no hubieran conocido la ley del Amor, del perdón, de la solidaridad que Jesús nos enseñó? Es verdad, todavía se cometen muchas y graves injusticias en nuestras sociedades; pero, ¿quién puede negar que gracias al sacrificio y a la inmolación de tantos hombres y mujeres de todos los tiempos, hoy somos mejores, más humanos por ser cristianos? Y hoy, por poner un ejemplo, la institución que ofrece asistencia en los cinco continentes a los enfermos del sida, a los leprosos o a los ancianos es nuestra Iglesia Católica. ¿Cuál es nuestra valoración ante tanto bien realizado? Es una labor ingente, pero aún más apremiantes son las necesidades.
Que su consideración nos impulse, nos llene de optimismo, gratitud a Dios y renovado interés apostólico y misionero. Somos los continuadores, aquellos que con nuestras vidas prolongaremos la obra de Jesucristo en el mundo hasta el fin de los tiempos. En la medida en que abramos nuestro corazón y acojamos la llamada de Dios, sólo entonces podremos responder con autenticidad.

Propósito:

Pedir diariamente por las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada.

Diálogo con Cristo:
Padre y Señor mío, cuántas personas hay que no te conocen y por ello su vida carece de sentido. No puedo ni debo cerrar mi corazón ante esta abrumadora realidad. Ayúdame a que sepa abrir y llenar mi vida del celo por la causa de Cristo, que sepa aprovechar las oportunidades para que el mensaje de Cristo llegue a todas estas personas que gimen en la orfandad. No dejes que me olvide que soy un enviado tuyo. Ayúdame a que mi testimonio de vida sea el medio para que otras personas te amen y te sigan.

1 comentario:

  1. Nosotros tenemos que continuar hoy con la misión que empezaron los apóstoles.

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