domingo, 30 de diciembre de 2012

Lecturas del Día Jueves, diciembre 13, 2012

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Primera lectura:
Del libro del profeta Isaías: 41, 13-20
"Yo, el Señor, te tengo asido por la diestra y yo mismo soy el que te ayuda. No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, que soy yo, dice el Señor, el que te ayuda; tu redentor es el Dios de Israel.
Mira: te he convertido en rastrillo nuevo de dientes dobles; triturarás y pulverizarás los montes, convertirás en paja menuda las colinas. Las aventarás y se irán con el viento y el torbellino las dispersará. Tú, en cambio, te regocijarás en el Señor, te gloriarás en el Dios de Israel.
Los miserables y los pobres buscan agua, pero es en vano; tienen la lengua reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les daré una respuesta; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré que broten ríos en las cumbres áridas y fuentes en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque y el yermo, en manantiales.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; plantaré juncos en la estepa, cipreses, oyameles y olmos; para que todos vean y conozcan, adviertan y entiendan de una vez por todas, que es la mano del Señor la que hace esto, que es el Señor de Israel quien lo crea".

Salmo responsorial:
Del salmo 144
Bueno es el Señor para con todos.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 11-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: "Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos exige esfuerzo, y los esforzados lo conquistarán. Porque todos los profetas y la ley profetizaron, hasta Juan; y si quieren creerlo, él es Elías, el que habría de venir. El que tenga oídos que oiga".
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1 comentario:

  1. La imagen del desierto es familiar a los lectores de la Biblia. No es un simple espacio geográfico, desprovisto de agua y vegetación, también es el lugar de la prueba, el espacio donde el hombre experimenta su fragilidad. La promesa del reverdecimiento del desierto sirvió para anunciar las acciones decisivamente favorables que Dios realizaría para cambiar la suerte de Israel. El pueblo parece un gusanito ante la presencia descomunal de los imperios que lo asedian; no obstante lo anterior, podrá seguir tranquilo porque la diestra del Señor lo acompaña. Juan el Bautista escogió la ribera desértica del Jordán para proclamar la Buena Nueva del reinado de Dios. Su palabra coherente y su existencia congruente sedujeron a hombres y mujeres de todas las regiones de Israel. Los defensores del viejo orden se opusieron a su misión y lo quitaron violentamente de en medio.

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