viernes, 19 de octubre de 2012

Lecturas del Día Jueves, octubre 18, 2012

Primera Lectura:
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4, 9-17)
Querido hermano: Haz lo posible por venir a verme cuanto antes, pues Dimas, prefiriendo las cosas de este mundo, me ha abandonado y ha partido a Tesalónica. Crescencio se fue a Galacia, y Tito, a Dalmacia. El único que me acompaña es Lucas. Trae a Marcos contigo, porque me será muy útil en mis tareas. A Tíquico lo envié a Éfeso.
Cuando vengas, tráeme el abrigo que dejé en Tróade, en la casa de Carpo. Tráeme también los libros y especialmente los pergaminos.
Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño. El Señor le dará su merecido. Cuídate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación.
La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos.

Salmo Responsorial:
Salmo 144
Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 1-9)
En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: "La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: 'Que la paz reine en esta casa'. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: 'Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios' ".

1 comentario:

  1. Entre el Evangelio y la carta de Timoteo existe una relación temática directa. Ambos se ocupan de asuntos relativos a la misión cristiana. El Evangelio presenta las exhortaciones previas que el Señor Jesús ofreciera a los discípulos que partirían por vez primera a evangelizar. El tono esperanzador y entusiasta salta a la vista. La fuerza del Reino está desplegándose y el entusiasmo es evidente. De alguna manera en este pasaje aparece el programa misionero inicial. Los descalabros y las tensiones propias de toda acción humana todavía no habían aparecido; para eso sería necesario escuchar el informe realista que un misionero veterano como san Pablo, nos compartiría en la carta a Timoteo. En esta etapa, luego de más de medio siglo de evangelización cristiana, las dificultades tanto internas como externas afligen a los misioneros. El juicio del mundo pagano, la existencia del "fuego amigo", las traiciones y la incomprensión, afectaban la misión del apóstol. De todas esas pruebas pudo salir avante porque aprendió a confiar firmemente en el Señor que lo fortalecía.

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