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Jesús no tiene donde reclinar la cabeza |
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré a donde
quiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas,
y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del
hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo:
«Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi
padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus
muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También
otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme
de los de mi casa». Le dijo Jesús: Nadie que
pone la mano en el arado y mira hacia atrás
es apto para el Reino de Dios».
Oración Introductoria: Señor, que esta
oración renueve mi estilo de vida. Permite que sepa cultivar
con esmero mi corazón de modo que siempre sepa responder
a tu llamado, dándote el primer lugar en todo, único
camino para lograr la santidad.
Petición: Jesús, dame la fuerza para
aceptar todo lo que implique seguir tus pasos, sabiendo cortar
con todo lo que pueda separarme de Ti.
Meditación del Papa: El
Hijo de Dios, se ha hecho hombre, ha compartido nuestra
existencia hasta en los detalles más concretos, haciéndose servidor de
sus hermanos más pequeños. Él, que no tenía donde reclinar
su cabeza, fue condenado a morir en una cruz. [...]
Todos los que han recibido ese don maravilloso de la
fe, el don del encuentro con el Señor resucitado, sienten
también la necesidad de anunciarlo a los demás. La Iglesia
existe para anunciar esta Buena Noticia. Y este deber es
siempre urgente. Hay todavía muchos que aún no han escuchado
el mensaje de salvación de Cristo. Hay también muchos que
se resisten a abrir sus corazones a la Palabra de
Dios. Y son numerosos aquellos cuya fe es débil, y
su mentalidad, costumbres y estilo de vida ignoran la realidad
del Evangelio, pensando que la búsqueda del bienestar egoísta, la
ganancia fácil o el poder es el objetivo final de
la vida humana. ¡Sed testigos ardientes, con entusiasmo, de la
fe que habéis recibido! Haced brillar por doquier el rostro
amoroso de Cristo, especialmente ante los jóvenes que buscan razones
para vivir y esperar en un mundo difícil. Benedicto XVI,
20 de noviembre de 2011.
Reflexión: Todos los hombres
tienen un ídolo, una persona a quién imitar, se sienten
atraídos por su forma de ser. Lo imitan en todo,
buscan tener su misma marca de ropa, peinarse igual, en
fin, su porte gira en lo que es esa persona.
Éstas a menudo son artistas o cantantes. Pero hay algo
que no hacen: poner límites a sus seguidores. ¿Qué
tendría Cristo para atraer tanto a las multitudes? No cantaba
ni actuaba. Lo único que hacía era dar a conocer
el amor de Dios a los hombres. Ésta fue su
arma para que muchos trataran de seguirlo, y aún hoy
muchos jóvenes, hombres y mujeres lo siguen como ideal de
vida. En este evangelio se nos presenta un Cristo exigente:
"quien pone la mano en el arado y mira hacia
atrás no es digno de Mí". Son duras las palabras
de la elección de Dios, por lo que comprenden, pero
al mismo tiempo donan una paz y una felicidad inmensas
dentro del alma, porque se sabe que ha sido Dios
mismo quien ha llamado. No todos aceptan el llamado con
generosidad, sino que al sentir el peso muchos lo dejan. Dejemos que Dios nos hable en el corazón y si
él nos llama digamos con sinceridad y generosidad que queremos
seguirle, aún sabiendo las dificultades que allí encontraremos. Pidamos también
en una visita o después de la comunión por las
vocaciones para que mande obreros fieles a su mies. Propósito: Mantenerme fiel
a la doctrina de Cristo, aunque el ambiente sea contrario
a mi fe católica.
Diálogo con Cristo: Jesús, te pido me des
la docilidad y confianza para saber escuchar y responder con
prontitud a tu llamada. Permite que sea un testigo de
tu amor, auténtico y sincero, de manera que mi fe
se manifieste en mis palabras, obras y acciones. Te pido
me concedas la gracia para ser coherente con mi fe,
especialmente cuando las circunstancias sean contrarias a ella.
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Seguir a Cristo como nuestro modelo de vida y con la confianza de ir por el camino adecuado.
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