jueves, 3 de enero de 2013

Lecturas del Día Miércoles, enero 2, 2013

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZz1UKFr_n21JnaNRSY5zWc08Q6YxSnoFMm4ucu2tvaLC6V_1vOMNDtRp1EdzGBDBdPjBKbw7nfnG-jAP2DpVp5q4Vr-ZW4YUjf-n4V4S5gJauw7tBgIxVOIcfvVIoNA-dkaiKhj1BeiY/s400/biblia-y-jesus.jpg
Primera lectura:
De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 22-28
Hijos míos: ¿Quién es el mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ese es el anticristo, porque niega al Padre y al Hijo. Nadie que niegue al Hijo posee al Padre; pero quien reconoce al Hijo, posee también al Padre
Que permanezca, pues, en ustedes lo que desde el principio han oído. Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Esta es la promesa que El mismo nos hizo: la vida eterna. Les he escrito esto, pensando en aquellos que tratan de inducirlos al error. Recuerden que la unción que de Él han recibido, permanece en ustedes y no necesitan enseñanzas de nadie; esta unción, que es verdad y no mentira, los ilustra a través de todas las cosas; permanezcan, pues, en Él, como la unción les enseña.
Así pues, hijos míos, permanezcan en Él, para que cuando Él se manifieste, tengamos plena confianza y no nos veamos confundidos por El en el día de su venida.

Salmo responsorial: 
Del salmo 97
Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 19-28
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
Él reconoció y no negó quien era. Él afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quien eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contesto: "Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor', como anuncio el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias".
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCSVutWquxUwdoQuDS4LHuUMmKFQHfMJgwGBaW-qlYM56u13P5TXaNd8nIrLC7z7gqUwJ69C7tnXwDSSiyebVhVLYAL2gAgFASGr6BxEo_qbgu93Y7UUK8j8G-fZVIjPXKQrlrH_yGayI/s400/Avatar-Palabra-de-Dios-500x364.jpg

1 comentario:

  1. El Evangelio de san Juan nos refiere el dialogo y la curiosidad que se suscitó en torno de la persona de san Juan Bautista. La gente no atinaba a descifrar la clave de su singular existencia. Para unos, era un profeta como los antiguos, en cambio para otros, era una figura mesiánica que transformaría con el poder de Dios, la suerte de su pueblo. San Juan no se dejaba encandilar con el fervor popular y despejó de inmediato cualquier malentendido: él era un enviado, una voz incómoda que venía a desajustar la religiosidad rutinaria de Israel. Los primeros cristianos también se plantearon cuestiones sobre la identidad más profunda del crucificado. Los creyentes que atendían al impulso del Espíritu, reconocieron la íntima cercanía existente entre el Padre y el Hijo, otros cristianos despistados se confundieron y pretendieron desvincular la amorosa comunión entre el Señor y su siervo Jesús. La filiación que nos vincula con el Padre, nos hermana con su Hijo Jesús.

    ResponderEliminar