miércoles, 9 de enero de 2013

Lecturas del Día Martes, enero 8, 2013

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Primera lectura:
De la primera carta del apóstol san Juan: 4, 7-10
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por El.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.

Salmo responsorial: 
Del salmo 71
Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.

Evangelio: 
Del santo Evangelio según san Marcos: 6, 34-44 
En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: "Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer". Él les replicó: "Denles ustedes de comer". Ellos le dijeron: "¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?". Él les preguntó: "¿Cuantos panes tienen? Vayan a ver". Cuando lo averiguaron, le dijeron: "Cinco panes y dos pescados".
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.
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1 comentario:

  1. La Carta de san Juan comparte con los lectores una certeza profunda: el amor de Dios se ha hecho patente en la persona y la obra de Jesús. Esa no es una lección teórica que el autor de la carta haya aprendido en algún libro, es la experiencia compartida por numerosos testigos de Jesús. Ellos vivieron en carne propia la entrega libre y generosa del Maestro que se desvivía por atender los justos reclamos de la gente de Galilea. El Evangelio de san Marcos nos relata la narración concisa de la multiplicación de los panes, y nos ilustra de forma clara la condición y la actitud de pastor modelo del Señor Jesús. El amor del que nos habla la Carta de san Juan es la vida compartida. No hay amor verdadero sin el don reciproco. Quien confía en el amor providente de Dios no teme arriesgarse a compartir su vida, su tiempo y sus recursos, puesto que sabe que el Padre bondadoso no descuida jamás a sus hijos.

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