miércoles, 26 de septiembre de 2012

Lecturas del Día Viernes, septiembre 21, 2012

Primera Lectura:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (4, 1-7. 11-13)
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz. Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos. Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha dado. Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.

Salmo Responsorial:
Salmo 18
El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido, y su mensaje hasta el fin del mundo.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 9-13)
En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús los oyó y les dijo: "No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

1 comentario:

  1. La comunidad eclesial, tal como lo refiere la carta a los Efesios no es un conglomerado disperso de creyentes, sino una institución animada por el Espíritu, que va suscitando carismas y ministerios para consolidar la vida de fe de los creyentes. Apóstoles, profetas y maestros que estimulan y orientan la vivencia de la fe en las distintas situaciones. Esos ministerios no son en manera alguna privilegios que recompensen una carrera eclesiástica, son tareas encaminadas a consolidar la esperanza cristiana desde la fidelidad al Espíritu. El Evangelio de san Mateo nos refiere el atrevimiento del Señor Jesús que decidió a llamar a su servicio, a recaudadores y personas que estaban al servicio del fisco romano y que por tanto, estaban estigmatizadas por la opinión pública dominante en Israel. Para el Señor Jesús no contaba el oficio que las personas hubieran desempeñado en el pasado, sino la voluntad de sumarse de todo corazón a la causa del Reino de Dios.

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