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Actitud de los publicanos y fariseos |
Del santo Evangelio según san Lucas 7, 31-35
En aquel
tiempo dijo el Señor: ¿Con quién, pues, compararé a los
hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se
parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza
y se gritan unos a otros diciendo: Os hemos tocado
la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas,
y no habéis llorado.Porque ha venido Juan el Bautista, que
no comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
Ha venido el Hijo del hombre, que come y
bebe, y decís: Ahí tenéis un comilón y un borracho,
amigo de publicanos y pecadores. Y la Sabiduría se
ha acreditado por todos sus hijos.
Oración Introductoria: Señor Jesús, acércate
a mi vida, quiero tu sabiduría para poder tener un
auténtico encuentro con Dios en esta oración, creo, espero y
te amo. Ven Señor, ¡no tardes!
Petición: Jesús, te quiero, te pido
que pueda gozarte en esta oración.
Meditación del Papa: «Vivimos en una
época en la que son evidentes los signos del secularismo.
Parece que Dios haya desaparecido del horizonte de muchas personas
o que se haya convertido en una realidad ante la
cual se permanece indiferente. Vemos, sin embargo, al mismo tiempo,
muchos signos que nos indican un despertar del sentido religioso,
un redescubrimiento de la importancia de Dios para la vida
del hombre, una exigencia de espiritualidad, de superar una visión
puramente horizontal, material, de la vida humana [...] "el deseo
de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque
el hombre ha sido creado por Dios y para Dios".
La imagen del Creador está impresa en su ser y
siente la necesidad de encontrar una luz para dar respuesta
a las preguntas que tienen que ver con el sentido
profundo de la realidad; respuesta que no puede encontrar en
sí mismo, en el progreso, en la ciencia empírica. Benedicto
XVI, audiencia del 11 de mayo de 2011.
Reflexión: Las sectas
se aprovechan de la indecisión de muchos cristianos para derrumbarles
su fe y para incorporarlos en sus organizaciones. Por eso
hemos de estar vigilantes, afianzando cada vez más los principios
de nuestra fe católica. Jesús compara a los indecisos con unos
chiquillos que han perdido la capacidad de reaccionar ante las
invitaciones de sus amigos, pues ni bailan ni lloran. Es
como cuando vemos el telediario y, después de una noticia
trágica, pasamos a la información deportiva como si nada. Nos
conmovimos unos segundos y luego nos olvidamos. Lo mismo sucede cuando
entramos en una iglesia y vemos un crucifijo. Ya no
nos llama la atención. ¿Y si viéramos a un hermano
nuestro retorciéndose de dolor, colgado en el madero por cuatro
terribles clavos? ¿No haríamos todo lo posible por bajarle de
ahí? Cristo espera que nuestro corazón vuelva a palpitar y reaccione
ante nuestra realidad y la del mundo. Si nuestra fe
está marchita, es hora de que rejuvenezca. Si Jesús sigue
clavado en la cruz por nosotros, es tiempo de aprovechar
la redención. Porque si no abrimos los ojos, vendrá alguien a
tocar a nuestra puerta y nos arrebatará lo más valioso
que tenemos, sin darnos cuenta.
Propósito: Buscar en Dios, y en la
oración, la respuesta a mis inquietudes y conocer la
palabra de Dios.
Diálogo con Cristo: Jesús, no quiero que lleguen los
problemas, las enfermedades o el momento de la muerte para
saber reconocer la gran necesidad que tengo de tu presencia
en mi vida. Por eso, a raíz de este encuentro
contigo en la oración, me propongo valorar mi fe y
luchar por conocer más Tu Palabray la Iglesia.
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Si no abrimos los ojos, vendrá alguien a tocar a nuestra puerta y nos arrebatará lo más valioso que tenemos.
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