viernes, 24 de agosto de 2012

Lecturas del Día Viernes, agosto 24, 2012

Primera Lectura:
Lectura del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan (21, 9-14)
Uno de los ángeles me habló y me dijo: "Ven, que te voy a enseñar a la novia, a la esposa del Cordero". Entonces me transportó en espíritu a una montaña elevada y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino.
Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.

Salmo Responsorial:
Salmo 144 
Señor, que todos tus fieles te bendigan.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 45-51)
En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José". Natanael replicó: "¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?". Felipe le contestó: "Ven y lo verás".
Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: "Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?". Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanael: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre".

1 comentario:

  1. Felipe y Natanael habían ido consolidando entre sí una amistad entrañable, compartían sus anhelos y esperanzas más hondas y, juntos se entusiasmaron al descubrir la novedosa y propositiva presencia del Señor Jesús en sus vidas. Como no sabían disfrutar a solas de sus alegrías, uno le compartió al otro su hallazgo y asombro Las vivencias más intensas de la vida se comparten con las personas que más amamos. La visión culminante que nos propone el Apocalipsis sustenta nuestra esperanza. Un día la esposa aparecerá resplandeciente de hermosura. Su extraordinaria belleza proviene de la gloria de Dios. En la medida que en la comunidad eclesial reconozcamos que no son los adornos terrenales —el poder, las riquezas, el prestigio— los que realzan la autenticidad de nuestra comunidad creyente, sino la presencia amorosa de Dios, nos convertiremos en la Nueva Jerusalén, Cuando se reconoce la propia debilidad, se hace manifiesta la grandeza de Dios en la comunidad de los creyentes.

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