miércoles, 15 de agosto de 2012

Lecturas del Día Miércoles, agosto 15, 2012 (Misa vespertina de la vigilia)

Primera Lectura:
Lectura del primer libro de las Crónicas (15, 3-4. 15-16; 16, 1-2)
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca de la alianza al lugar que le había preparado. Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas. Éstos cargaron en hombros los travesaños sobre los cuales estaba colocada el arca de la alianza, tal como lo había mandado Moisés, por orden del Señor.
David ordenó a los jefes de los levitas que entre los de su tribu nombraran cantores para que entonaran cantos festivos, acompañados de arpas, cítaras y platillos.
Introdujeron, pues, el arca de la alianza y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron a Dios holocaustos y sacrificios de comunión, y cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.

Salmo Responsorial:
Salmo 131
Ven, Señor, a tu morada.
Que se hallaba en Efrata nos dijeron; de Jaar en los campos la encontramos. Entremos en la tienda del Señor y a sus pies, adorémoslo, postrados.
Tus sacerdotes vístanse de gala; tus fieles, jubilosos, lancen gritos. Por amor a David, tu servidor, no apartes la mirada de tu ungido.
Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada: "Aquí está mi reposo para siempre; porque así me agradó, será mi casa".

Segunda Lectura:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (15, 54-57)
Hermanos: Cuando nuestro ser corruptible y mortal se revista de incorruptibilidad e inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido aniquilada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado es la ley. Gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 27-28)
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: "¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!". Pero Jesús le respondió: "Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".

1 comentario:

  1. Las tres lecturas que presenta la liturgia de la Asunción pueden acoplarse siguiendo la presencia de la madre del Señor Jesús. El himno jubiloso que recita en el Evangelio de san Lucas celebra la victoria que Dios otorga a los israelitas fieles en cada momento que su voluntad soberana lo decide. A través de la cooperación de una joven campesina de Nazaret Dios hace partícipe a su Hijo de la existencia carnal. Jesús entra de lleno en la historia humana. Conoce la persecución y el hostigamiento a temprana edad, pero a través de la cuidadosa protección de su madre sale ileso. Esta primera victoria del pequeño Jesús anticipa el triunfo definitivo que proclama la carta de san Pablo a los Corintios. Jesús pondrá en su sitio al enemigo y aniquilará la muerte para siempre, haciéndonos partícipes de su resurrección y de la vida plena junto a su Padre.

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