viernes, 17 de agosto de 2012

Lecturas del Día Viernes, agosto 17, 2012

Primera Lectura:
Lectura del libro del profeta Ezequiel (16, 59-63)
Esto dice del Señor: "Yo te trataré, Jerusalén, conforme a tus acciones, pues despreciaste tu juramento y quebrantaste mi alianza. Pero yo tendré presente la alianza que hice contigo cuando eras joven y haré contigo una alianza eterna. Tú te acordarás de tu conducta y te avergonzarás al recibir a tus hermanas, las mayores y las menores, pues yo te las daré como hijas, pero no en virtud de la alianza hecha contigo.
Yo mismo haré una alianza eterna contigo y sabrás que yo soy el Señor, para que tengas presente tu pasado, te avergüences y no vuelvas a abrir la boca para presumir, cuando yo te perdone todo lo que hiciste". Esto dice el Señor todopoderoso.

Salmo Responsorial:
Isaías 12
El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador, con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de la salvación.
Den gracias al Señor e invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten, jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con nosotros.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (19, 3-12)
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerle una trampa, le preguntaron: "¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?". Jesús les respondió: "¿No han leído que el Creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo: 'Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola carne'? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre".
Pero ellos replicaron: "Entonces ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella'?".
Jesús les contestó: "Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la divorciada, también comete adulterio".
Entonces le dijeron sus discípulos: "Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Pero Jesús les dijo: "No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo".

1 comentario:

  1. La imagen del matrimonio es una de las preferidas para describir las relaciones de alianza existentes entre Dios y el pueblo de Israel. El Señor es el marido, el pueblo es la esposa. El noviazgo, la conquista, la infidelidad y la prostitución de la esposa son reiteradamente mencionados para afirmar la ruptura de la alianza. En esa lógica Dios figura siempre como un marido persistente que decide "echar tierra" a las infidelidades de la esposa y proponerle una reconciliación y una alianza eterna. Desde la perspectiva del amor inquebrantable e incondicional de Dios es cómo podemos entender la exigencia evangélica relativa al matrimonio indisoluble. Ante la protesta de los discípulos que juzgan insoportable tal regulación, el Señor Jesús admite que el celibato voluntario es un don excepcional. A manera de colofón podríamos añadir que la fidelidad y el amor perdurable es un llamado extraordinario que demanda entrega y determinación especiales.

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