jueves, 14 de junio de 2012

Lecturas del Día Jueves, junio 14, 2012

Primera Lectura:
Lectura del primer libro de los Reyes (18, 41-46)
En aquellos días, dijo Elías a Ajab: "Vete a comer y a beber, pues ya se oye el ruido de la lluvia". Ajab se fue a comer y a beber. Elías, mientras tanto, subió a la cumbre del monte Carmelo, se arrodillo y con su cabeza tocó la tierra. Entonces le dijo a su criado: "Ve a divisar el mar". El criado fue a ver y le dijo: "No se ve nada". Elías insistió: "Ve otra vez". El criado volvió siete veces, y a la séptima le dijo: "Una nubecilla, como la palma de la mano, sube del mar". Entonces Elías le dijo: "Ve a decirle a Ajab que enganche su carro y se vaya, para que no lo detenga la lluvia". Y en un instante el cielo se oscureció de nubes, empezó a soplar el viento y cayo un fuerte aguacero.
Ajab monto en su carro y se fue a Yezrael, y Elías, por inspiración y con la fuerza del Señor, se ciñó la túnica y fue corriendo delante del carro de Ajab hasta la entrada de Yezrael.

Salmo Responsorial:
Salmo 64
Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tu cuidas de la tierra; la riegas y la colmas de riquezas. Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia, están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo aclama al Señor. Todo le canta.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 20-26)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entraran ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo. Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".

1 comentario:

  1. El narrador del Primer Libro de los Reyes nos refiere con completa naturalidad la ejecución de los profetas de Baal a manos de Elías y sus seguidores. Un par de líneas apenas para referir concisamente el suceso. Acto seguido, el profeta realiza una observación para pedir la lluvia y esta llega con fuerza. El profeta Elías es implacable, no muestra tolerancia alguna para los seguidores de Baal. En el Evangelio encontramos otra perspectiva totalmente diferente. El Señor Jesús se opone radicalmente a la violencia homicida. La reconciliación es el camino y no el insulto ni la descalificación del adversario. No se puede dar un paso hacia el altar de Dios, cuando se continúa practicando la violencia y la agresión contra las personas. El Dios de la vida no tolera abusos contra la dignidad de las personas. No se le puede silenciar con dones y ofrendas. No se presta al chantaje ni a la manipulación de los violentos.

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