sábado, 16 de junio de 2012

Lecturas del Día Sábado, junio 16, 2012

Primera Lectura:
Lectura del primer libro de los Reyes (19, 19-21)
Por aquel entonces, Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él trabajaba con la última. Elías paso junto a él y le echo encima su manto. Entonces Eliseo abandonó sus bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: "Déjame dar a mis padres el beso de despedida y te seguiré". Elías le contesto: "Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor contigo".
Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrifico, asó la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió a su gente para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.

Salmo Responsorial:
Salmo 15
Señor, mi vida está en tus manos.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos.
Bendeciré al Señor, que me aconseja; hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado, jamás tropezare.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 41-51)
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo:
"Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia". Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?". Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.

1 comentario:

  1. Un contraste preciso entre los dos relatos. Jesús y Eliseo protagonizan dos opciones semejantes y a la vez diferentes. Eliseo recibe el manto de Elías y con ese gesto se hace partícipe de su misión profética. La radicalidad de su decisión queda plasmada en el abandono de sus tareas de campesino y en el sacrificio de su yunta de bueyes. Eliseo honra a sus padres y se despide antes de seguir los pasos de Elías. En el Evangelio de san Lucas, el pequeño Jesús acompaña a sus padres a la fiesta de Pascua en Jerusalén. El relato destaca la autonomía con que Jesús procedió. Sin informar ni avisar a sus padres, permanece en el templo dialogando con los expertos y maestros de Israel. Luego del reencuentro sus padres quedaron desconcertados ante las decisiones precoces de su hijo. El las ratificó afirmando su opción fundamental: ocuparse de la casa de su Padre. De esa manera evidenciaba el Jesús adolescente su proceso de maduración personal.

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