domingo, 10 de junio de 2012

Lecturas del Día Domingo, junio 10, 2012

Primera Lectura:
Lectura del libro del Génesis (3, 9-15)
Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamo al hombre y le pregunto: "¿Dónde estás?". Éste le respondió: "Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí". Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?". Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?". Repuso la mujer: "La serpiente me engaño y comí". Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastraras sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón".

Salmo Responsorial:
Salmo 129
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.
Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti precede el perdón, por eso con amor te veneramos.
Confió en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y Él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades.

Segunda Lectura:
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios (4, 13-5, 1)
Hermanos: Como poseemos el mismo Espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitara también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
Por esta razón no nos acobardamos; pues aunque nuestro cuerpo se va desgastando, nuestro Espíritu se renueva de día en día. Nuestros sufrimientos momentáneos y ligeros nos producen una riqueza eterna, una gloria que los sobrepasa con exceso. Nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno. Sabemos que, aunque se desmorone esta morada terrena, que nos sirve de habitación, Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 20-25 )
En aquel tiempo, Jesús entro en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
Los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: "Este hombre esta poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera".
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos, no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonaran todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno". Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un Espíritu inmundo.
Llegaron entonces su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En tornó a Él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan".
Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?". Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".

1 comentario:

  1. Hay una estrecha relación entre las tres lecturas si las vinculamos con el del tema de la obediencia. En el relato del Génesis aparece la actitud necia de la primera pareja que eligió desoír la voz de Dios, dejándose guiar por la voz confusa de la serpiente. La relación de obediencia que Dios ofrece a sus criaturas no implica sumisión ciega, sino diálogo en libertad. El hombre no se degrada al hablar con Dios, pues es un interlocutor respetuoso de nuestra libertad. En la anécdota que nos registra san Marcos sobre la visita de Jesús a su familia en Nazaret, descubrimos la soberana libertad de Jesús. Se desarraigo de su familia para iniciar su misión. Esa ruptura y sus posturas radicales generaron confusión entre sus parientes. Él optó por cumplir la voluntad de Dios a pesar de los malentendidos que esto provocará en su familia.

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