viernes, 8 de junio de 2012

Lecturas del Día Viernes, junio 8, 2012

Primera Lectura:
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3, 10-17)
Querido hermano: Tú has seguido de cerca mis enseñanzas y mi modo de vivir, mis planes, mi fe, mi paciencia, mi amor fraterno, mi constancia, mis persecuciones y sufrimientos, como los que soporte en Antioquia, en Iconio y en Listra. ¡Que duras persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas me libró el Señor.
Todos los que quieran vivir como buenos cristianos, también serán perseguidos. Por su parte, los malos y perversos irán de mal en peor, engañando a otros y engañándose a sí mismos. Tú, en cambio, permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quienes lo aprendiste y desde tu infancia estas familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para ensenar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y este enteramente preparado para toda obra buena.

Salmo Responsorial:
Salmo 118
Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan.
Muchos son mis contrarios y mis perseguidores, pero yo no me aparto, Señor, de tus preceptos. Verdad es el compendio de todas tus palabras, y son eternas todas tus justas decisiones.
Aunque los poderosos sin razón me persiguen, solo tus palabras hacen temblar mi corazón. Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan; para ellos no hay tropiezos.
Espero que me salves, pues he puesto en práctica, Señor, tus mandamientos. Observo tus mandatos, obedezco tus ordenes; tú conoces mi vida.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (12, 35-37)
Un día, mientras enseñaba en el templo, Jesús pregunto: "¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el Espíritu Santo, ha declarado: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha y yo hare de tus enemigos el estrado donde pongas los pies. Si el mismo David lo llama 'Señor', ¿cómo puede ser hijo suyo?".
La multitud que lo rodeaba, que era mucha, lo escuchaba con agrado.

1 comentario:

  1. San Pablo amonesta a su colaborador, Timoteo, para que reproduzca su ejemplo intachable. En particular, le recuerda que tuvo que soportar numerosas persecuciones por causa del Evangelio. El caso de san Pablo no es excepcional, antes bien, se puede universalizar. Quien viva como autentico cristiano, así como lo hizo san Pablo, conocerá persecuciones y maltratos. El cristiano podrá superarlos si se fortalece con la lectura asidua de la Palabra del Señor. Como interprete genuino de esa Palabra el Señor, Jesús cuestiona las interpretaciones tradicionales que los Escribas hacían acerca de los Salmos, para resaltar el alcance profundo del Señorío del Mesías. El relato pretende afirmar con todas sus letras la condición divina de Jesús ante los ojos de los lectores del segundo Evangelio, en un momento en que la comunidad cristiana ya confesaba a Jesús como Señor.

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