sábado, 23 de junio de 2012

Lecturas del Día Sábado, junio 23, 2012

Primera Lectura:
Lectura del segundo libro de las Crónicas (24, 17-25)
Después de la muerte del sacerdote Yehoyadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse ante el rey; a este, sobornado por sus regales, le pareció bien lo que le propusieron. Entonces abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a los bosques sagrados y a los ídolos. Este pecado provoco la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén. El Señor les envió profetas para que se arrepintieran, pero no hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios inspiro a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, para que se presentara ante el pueblo y le dijera: "Esto dice el Señor Dios: '¿Por qué quebrantan los preceptos de Dios? Van al fracaso. Han abandonado al Señor y Él los abandonara a ustedes’".
Pero el pueblo conspiro contra él y, por orden del rey, lo apedrearon en el atrio del templo. El rey Joás no tuvo en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá y mato a su hijo, Zacarías, quien exclamo al morir: "Que el Señor te juzgue y te pida cuentas".
Al cabo de un año, el ejército sirio se dirigió contra Joás y penetro en Judá y en Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco. Aunque no era muy numeroso el ejército sirio, el Señor le dio la victoria sobre el enorme ejército de los judíos, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así fue como se hizo justicia contra Joás. Al retirarse los sirios, lo dejaron gravemente herido y entonces sus cortesanos conspiraron contra el para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá, y lo asesinaron en su cama. Lo enterraron en la ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.

Salmo Responsorial:
Salmo 88
Proclamare sin cesar la misericordia del Señor.
"Un juramento hice a David, mi servidor, dice el Señor, una alianza pacte con mi elegido: 'Consolidare tu dinastía para siempre y afianzare tu trono eternamente'.
'Yo jamás le retirare mi amor ni violare el juramento que le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará igual que el cielo.
Pero, si sus hijos abandonan mi ley y no cumplen mis mandatos, si violan mis preceptos y no guardan mi alianza, castigare con la vara sus pecados y con el látigo sus culpas, pero no les retirare mi favor.
No desmentiré mi fidelidad, no violare mi alianza ni cambiare mis promesas".

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 24-34)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amara al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando que comerán o con que se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. Y Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren como crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Que comeremos o que beberemos o con que nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas". 

1 comentario:

  1. Azarías hijo del sacerdote Yehoyadá murió lapidado por órdenes del rey Joás, por denunciar la infidelidad de Israel y anunciar la ruina futura. Acto seguido, una revuelta en el palacio puso fin a los días del rey. La violencia acarrea violencia. Son los renglones torcidos que van escribiendo la historia de la casa de Judá. Del Evangelio de san Mateo podemos extraer la reiterada invitación a la confianza. Quienes nos sentimos hijos amados por el Padre Celestial, sabemos que Él no se desentiende de nosotros. Nos alimenta y nos alienta para conseguir el pan cotidiano. Sus bendiciones son abundantes y nuestra laboriosidad tendrá que hacer el resto. El afán de querer asegurar el futuro, acumulando bienes, nos puede tornar injustos y codiciosos. Más vale ocuparse de lo esencial, es decir, de lo que permanece al término de la vida, sin descuidar nuestros quehaceres ordinarios.

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