domingo, 24 de junio de 2012

Lecturas del Día Domingo, junio 24, 2012

Primera Lectura:  
Lectura del libro del profeta Jeremías (1, 4-10)
En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: "Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré profeta para las naciones".
Yo le conteste: "Pero, Señor mío, yo no sé expresarme, porque apenas soy un muchacho".
El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues iras a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande. No tengas miedo, porque yo estoy contigo para protegerte", lo dice el Señor
El Señor extendió entonces su brazo, con su mano me tocó la boca y me dijo: "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca y te doy autoridad sobre pueblos y reyes, para que arranques y derribes, para que destruyas y deshagas, para que edifiques y plantes".

Salmo Responsorial:
Salmo 70
Desde el seno de mi madre tú eres mi apoyo.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo.
Se para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados.
Señor, tu eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confió. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías.
Yo proclamare siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me ensenaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo.

Segunda Lectura:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (1, 8-12)
Hermanos: Ustedes no han visto a Cristo Jesús y, sin embargo, lo aman; al creer en Él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.
Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos trataron de descubrir en que tiempo y en qué circunstancias se habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les había revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguiría. Pero se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 5-17)
Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le toco a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apodero de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenaras de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; ira delante del Señor con el Espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".

1 comentario:

  1. El segundo Canto del Siervo del Señor retrata concisamente la misión trascendente que habrá de cumplir dicho personaje. El profeta deberá hablar con palabras duras y crudas para despertar la conciencia de su pueblo Israel. La misión profética del Siervo tendrá como meta principal la reunificación del pueblo disperso y dividido. En ocasión de la celebración del nacimiento de Juan Bautista podemos acercarnos a este texto profético para desentrañar el alcance de su misión. Juan genera curiosidad por las circunstancias especiales de su nacimiento. Su vida indudablemente dejaría huella en Israel. Efectivamente, el profeta del Jordán se decidió a pavimentar el camino para la reconciliación del pueblo con su Dios. Dentro del movimiento bautista inicio Jesús su preparación y se decidió a hacer suyo el mensaje de Juan, invitando a vivir el cambio interior para acoger la llegada del Reino decisivo de Dios.

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