lunes, 28 de mayo de 2012

Lecturas del Día Lunes, mayo 28, 2012

Primera Lectura:
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1, 3-9)
Bendito sea Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, por que al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que Él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Por que ustedes tienen fe en el Dios, Él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que Él revelará al final de los tiempos.
Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego.
A Cristo Jesús no le han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en Él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.

Salmo Responsorial:
Salmo 110
El Señor se acuerda siempre de su alianza.
Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, digna de estudio.
Ha hecho inolvidable sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. Acordándose siempre de su alianza para siempre. Dios es santo y terrible y su gloria perdura eternamente.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (10, 17-27)
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acerco corriendo un hombre, se arrodillo ante Él y le pregunto: “Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: no mataras, no cometerás adulterio, no robaras, no levantaras falso testimonio, no cometerás fraudes, honraras a tu Padre y a tu Madre”.
Entonces el le contesto: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miro con amor y le dijo: Sólo una cosa te falta: ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús miró a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “¡Que difícil les va hacer a los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras: pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡que difícil es para quienes confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Mas fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar al Reino de Dios”.
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: “Entonces, ¿Quién puede salvarse?”. Jesús, mirándolos fijamente les dijo: “Es imposible para los hombres más no para Dios. Para Dios es todo posible”.

1 comentario:

  1. La carta de Pedro se abre con un tono animoso. Los cristianos a quienes dirige la carta están atravesando por persecuciones y sufrimientos. Es la hora de la prueba. Sin embargo en esa hora no están desprotegidos. Por la fe, esos cristianos están firmes y fuertes, ellos aman a Jesucristo aun sin haberlo visto. La esperanza de alcanzar su formación es la fortaleza. La opción que estos cristianos asumieron no atrae a todas las personas. Algunos juzgan de ingenua nuestra esperanza. En ese sentido el hombre rico que nos presenta el Evangelio de san Marcos tampoco logro despegar su corazón de cuantiosas riquezas. Estas le parecen más sólidas y confiables que la invitación radical de Jesús a despojarse de sus bienes, para seguirlo con un corazón libre.

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