jueves, 31 de mayo de 2012

Lecturas del Día Jueves, mayo 31, 2012

Primera Lectura:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (12, 9-16)
Hermanos: que el amor de ustedes sea sinceros. Aborrezcan el mal y amen el bien; ámense cordialmente los unos a los otros como hermanos; que cada uno estime a los otros más que a si mismo. En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor. Que la esperanza los mantenga alegres: sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración. Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad.
Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan. Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran. Que reine la concordia entre ustedes, no sean, pues, altivos: más bien pónganse al nivel de los humildes.

Salmo Responsorial:
Isaías 12
El Señor ha hecho maravillas con nosotros.
El Señor es mi Dios y mi salvador, con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncielas a todas las tierras. Griten jubilosos. Habitantes de Sión, por que el Dios de Israel ha sido grande con ustedes.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (1, 39-56)
En aquellos días, María se encamino presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludo a Isabel, en cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llego tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tu que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo de Dios, mi salvador, por que puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: disperso a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como la había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre” María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regreso a su casa.

1 comentario:

  1. El Evangelio de san Lucas nos refiere la visita de María a la casa de Isabel y el consecuente encuentro misteriosos entre Juan y Jesús, seguido del himno jubiloso que conocemos como el Magníficat. La madre del Señor alaba a Dios y lo deja hacer y disponer de su vida. Dios dispondrá de ella como una sierva, porque ella ha dado su sí rotundo. La suya no es una respuesta ingenua, al contrario. Ella sabe que ese si marcará el inicio de la salvación. Los pobres y los pequeños comenzarán a experimentar la felicidad que les había negado. De alguna manera, el clima nuevo de caridad y justicia que canta el Himno, reaparece en la exportación de la carta a los Romanos. Los cristianos de Roma se hacen solidarios de los necesitados, practican la hospitalidad con los forasteros y viven en la concordia, bendiciendo de corazón a hermanos y adversarios.

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