lunes, 14 de mayo de 2012

Lecturas del Día Lunes, mayo 14, 2012

Primera Lectura:
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (1, 15-17. 20-26)
En aquellos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos, que eran unos ciento veinte, y dijo: “Hermanos, tenía que cumplirse aquel pasaje de la Escritura en que el Espíritu Santo, por boca de David, hizo una predicción tocante a Judas, quien fue el que guió a los que apresaron a Jesús. Él era de nuestro grupo y había sido llamado a desempeñar con nosotros este ministerio. Ahora bien, en el libro de los Salmos está escrito: Que su morada quede desierta y que no haya quien habite en ella; que su cargo lo ocupe otro. Hace falta, por lo tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno que sea de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba hasta el día de la ascensión”.
Propusieron entonces a dos: a José Barsabá, por sobrenombre “el Justo”, y a Matías, y se pusieron a orar de este modo: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos has elegido para desempeñar este ministerio y apostolado, del que Judas desertó para irse a su propio lugar”.
Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.

Salmo Responsorial:
Salmo 112
Lo puso el Señor entre los jefes de su pueblo. Aleluya.
Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor desde ahora y para siempre.
Desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. Dios está sobre todas las naciones su gloria, por encima de los cielos.
¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en las alturas su morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo?
Él levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol, para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Juan (15, 9-17)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mí alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.
Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quién los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros”

1 comentario:

  1. La comunidad de los discípulos comenzó a reorganizarse en cuanto pudo superar, con la ayuda del Espíritu, el desaliento por la muerte violenta de Jesús. Echaron suertes, y acogieron a Matías dentro del número de los doce, es decir, de los amigos y colaboradores íntimos del Señor. Al referir este suceso, el Evangelio de san Juan utiliza un lenguaje más cálido y menos formal que los Hechos de los Apóstoles. El Señor Jesús prefiere tratar a sus discípulos como amigos. San Lucas prefiere hablar de servicio apostólico. Son dos miradas, una más institucional y otra más personal. Como quiera que sea el principal servicio apostólico consiste en testimoniar el amor que Jesús manifestara a los suyos. Los apóstoles no son enviados a propagar una doctrina, sino una forma de vida, la de la amorosa compasión que vivió Jesús.

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