martes, 17 de abril de 2012

Lecturas del Día Martes, abril 17, 2012

Primera Lectura:
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 32-37)
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.

Salmo Responsorial:
Salmo 92
El Señor es un rey magnífico. Aleluya.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo.

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 7-15)
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te extrañes de que te haya dicho: 'Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu". Nicodemo le preguntó entonces: "¿Cómo puede ser esto?". Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna".

1 comentario:

  1. El cuarto Evangelio considera imprescindible la crucifixión y la exaltación de Jesús para que alcancemos vida eterna. Esa propuesta no es una asociación caprichosa. Quien viva congruentemente como Jesús vivió, experimentará una experiencia innovadora en su vida. Las cosas y las relaciones humanas adquirirán otra dimensión. La vida eterna no se inaugura al término de nuestra existencia terrestre, comienza desde aquí. Cada vez que dejamos que la compasión divina regule nuestra existencia, cuando aprendemos a tratar compasivamente a los demás, estamos siendo ungidos por la vida eterna. Cuando se aprende a apreciar la trascendencia y no solamente la mundanidad, estamos transitando a la plenitud de la vida. Los primeros cristianos despegaron su corazón de sus posesiones y se vincularon solidariamente unos con otros, porque habían sido alcanzados por la plenitud de la vida.

    ResponderEliminar