miércoles, 28 de noviembre de 2012

Lecturas del Día Viernes, noviembre 9, 2012

Primera Lectura:
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (3, 9-11. 16-17)
Hermanos: Ustedes son la casa que Dios edifica. Yo, por mi parte, correspondiendo al don que Dios me ha concedido, como un buen arquitecto, he puesto los cimientos; pero es otro quien construye sobre ellos. Que cada uno se fije cómo va construyendo. Desde luego el único cimiento válido es Jesucristo y nadie puede poner otro distinto.
¿No saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.

Salmo Responsorial:
Salmo 45
Un río alegra a la ciudad de Dios.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Juan (2, 13-22)
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?".
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

1 comentario:

  1. La acción profética que Jesús Cumplió en el atrio del templo de Jerusalén provocó la ira de los dirigentes judíos, quienes se confabularon para quitarlo de en medio. Ellos custodiaban el edificio material de manera escrupulosa porque los revestía de un poder excepcional sobre todo Israel. En lugar de vivir como servidores dóciles de Dios y su proyecto, se habían convertido en administradores voraces de sus favores. La institución se había convertido en una red tupida de intereses económicos, políticos y religiosos al servicio de una camarilla de funcionarios aliados con el poder romano. Una figura profética tan lúcida como el Señor Jesús no podía dejar de gritarlo. La sección de la carta a los Corintios que leemos es la continuación precisa del Evangelio de san Juan. Jesús será el nuevo lugar de encuentro con Dios, sus seguidores conformarán una nueva morada para Dios. La posibilidad de convertirnos en templo de Dios implica obrar conforme al Espíritu Santo, que suscita en nosotros la calidad.

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