miércoles, 28 de noviembre de 2012

Lecturas del Día Lunes, noviembre 5, 2012

Primera Lectura:
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (2, 1-4)
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma. Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio interés, sino el del prójimo.

Salmo Responsorial:
Salmo 130
Dame, Señor, la paz junto a ti.
Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios; grandezas que superen mis alcances no pretendo.
Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como niño recién amamantado en los brazos matemos.
Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y siempre.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Lucas (14, 12-14)
En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer:
"Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos".

1 comentario:

  1. Cada vez que el apóstol san Pablo exhorta a los cristianos a vivir el amor insiste en dos exigencias. El amor tiene que ser recíproco y sin fingimientos. Al detallar las actitudes que los cristianos de Filipos tienen que consolidar, el apóstol los anima a desterrar la presunción, el egoísmo y la vanidad y a fortalecer el cariño fraterno y la solidaridad. La enseñanza del Señor Jesús sobre el particular es más exigente que la enseñanza paulina. Mientras que el apóstol urge a sus lectores a que interactúen en clave de reciprocidad, el Señor Jesús invita a sus escuchas a manifestar un amor totalmente desinteresado e incondicional hacia las personas más desvalidas y vulnerables: ciegos, pobres, cojos y lisiados que están imposibilitados de organizar comidas y banquetes. A su debido tiempo, cuando presidan con Jesús el banquete del Reino, recompensarán a sus benefactores de manera especial.

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