lunes, 5 de marzo de 2012

Lecturas del Día Lunes, marzo 5, 2012

Primera Lectura:
Lectura del libro del profeta Daniel (9, 4-10)
En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "Señor Dios, grande y temible que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti. Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra Él, y al no seguir las leyes que Él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz". 

Salmo Responsorial:
Salmo 78
No nos trates, Señor, como merecen nuestros pecados.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorremos, porque estamos totalmente abatidos.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.
Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos. 

Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (6, 36-38)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos".

2 comentarios:

  1. La compasión es una actitud que escasea al igual que la gratuidad. El himno que recita el libro de Daniel hace una confesión de fe en el Dios compasivo. La tradición profética de Israel comunicó esa certeza. El Dios de Israel se complace en la compasión. Con esa confianza, Israel podrá recorrer el camino del arrepentimiento a sabiendas que Dios nunca nos regatea una segunda oportunidad. El Evangelio de san Lucas lo ratifica. Dios es bondadoso con los malos y desagradecidos. De su parte no hay ventaja, ni cálculo mezquino, sino acogida cálida y afectuosa para quienes vuelven sinceramente a su lado. Quienes hemos recibido la ternura del Dios compasivo, no podemos juzgar con severidad los yerros de nuestros hermanos.

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