Autor: Edgar Suárez, L.C.
| Fuente: Catholic.net
El poder sobre los demonios |
Lucas 11, 14-23. Cuaresma. Si estamos con Cristo no tenemos nada que temer. |
|
|
El poder sobre los demonios |
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23 En aquel tiempo,
Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que,
cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y
las gentes se admiraron. Pero algunos de ellos dijeron:
Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios. Otros,
para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo.
Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido
contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa,
cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo,
¿cómo va a subsistir su reino?.. porque decís que yo
expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios
por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso,
ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de
Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a
vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y
bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro;
pero si llega uno más fuerte que él y le
vence, le quita las armas en las que estaba confiado
y reparte sus despojos. El que no está conmigo, está
contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
Oración
introductoria: Señor Jesús, gracias por estar siempre a mi lado. Contigo,
no tengo nada que temer. Tú me has librado de
las garras del maligno. Tu presencia me da paz y
reconforta mi alma. Cada vez que miro una cruz, recuerdo
que Tú me amas y que estás dispuesto a darlo
todo por mí, por mi salvación y mi felicidad eterna.
Petición: Dios mío, concédeme la gracia de nunca olvidar que Tú
eres todopoderoso, que ninguna creatura tiene poder sobre Ti aunque
el mundo quiera presentarnos lo contrario. Yo quiero estar contigo
y no contra Ti: ¡hazme fiel a tu amistad!
Meditación del
Papa: Pienso que el Espíritu Santo que hemos invocado al inicio
de este Sínodo ama con un amor inmenso a nuestros
fieles, y que los quiere salvar del demonio que los
seduce, como él sabe hacer muy bien. Es él el
verdadero enemigo. Pero Cristo tiene poder sobre él y este
poder se lo ha transmitido a la Iglesia, a Ustedes
pastores. Tenemos una responsabilidad enorme hacia las ovejas perdidas de
nuestras parroquias. ¡Qué sería de mí si no evangelizara! (Benedicto
XVI, asamblea especial para oriente medio del sínodo de los
obispos, 10-24 de octubre 2010)
Reflexión: Pienso que nosotros, los cristianos, tenemos
un gran regalo que debemos aprovechar: la presencia de Dios.
Él nos acompaña a todas partes y su presencia nos
da paz y fuerzas para seguir luchando para que el
bien venza. Sin embargo, ante el mal que vemos a
nuestro alrededor se nos presenta una tentación: que supuestamente el
mal es fuerte y puede vencer a Dios. Pero no
es así. En el evangelio de hoy, Cristo nos demuestra
que Él ha vencido al demonio y al pecado. Jesucristo
quiere ser nuestra paz y nuestra gran esperanza. Sólo nos
pide una cosa: que nos entreguemos totalmente a Él, que
en nosotros no haya ningún rastro de maldad, que nos
esforcemos conscientemente por ser hombres de bien, pero hombres completos.
"El que no está conmigo, está contra mí". Entreguémonos a Dios.
Hoy es un día para revisar si hay algo en
mí que no va de acuerdo con mi condición de
católico. Dios quiere un reino fuerte y consolidado. Nos quiere
muy unidos a Él. "Nunca se ha escuchado decir de
un hombre que se entregó por entero a Dios y
no fue plenamente feliz".
Propósito: Hoy rezaré un misterio de rosario, pidiendo
por todas las personas que están en pecado para que
se acerquen a Dios.
Diálogo con Cristo:Señor, recordando esta gran verdad,
que Tú tienes poder sobre todas las creaturas, tomo conciencia
del gran valor de mi vida de gracia. ¡Qué honor
y dignidad tengo al ser hijo de Dios, hijo del
Amo y Señor del Universo! Señor Jesús, concédeme la gracia
de valorar y proteger nuestra amistad, y también de nunca
perder la paz, porque Tú permites que todo suceda para
mi bien. Las puertas del infierno no prevalecerán sobre Ella.
(Mt 16, 18)
|
|
|
Si estamos con Cristo no tenemos nada que temer.
ResponderEliminar