sábado, 23 de febrero de 2013

Lecturas del Día Sábado, febrero 23, 2013

Primera lectura:
Del libro del Deuteronomio: 26, 16-19
En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: "El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has oído al Señor declarar que Él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su voz.
Hoy el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como Él te lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos. Por eso Él te elevará en gloria, renombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, como Él te lo ha prometido".

Salmo responsorial:
Del salmo 118
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Te alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente. Tú, Señor, no me abandones. R/.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto".

1 comentario:

  1. El proyecto social que sustenta la alianza establecida entre Dios e Israel tiene límites y alcances precisos. Para ser partícipe de los derechos y deberes, de los beneficios y la protección que garantizan los mandatos acordados entre Dios y su pueblo, era necesario estar inserto de alguna manera en la comunidad de Israel, así fuera como israelita de nacimiento o como residente, asociado al proyecto fraterno y justo dado por Dios. La obligación de amar y auxiliar al prójimo terminaba donde concluían las fronteras de Israel. En el texto del Evangelio, Jesús ensancha el alcance de la misericordia y la compasión divinas. Dios ama sin distingos a justos y pecadores, a israelitas y no judíos, a propios y extraños. En consecuencia, aquellos que confesamos a Dios como nuestro Padre, hemos de consolidar unas actitudes incluyentes hacia todas las personas. Una generosidad motivada por el trueque o la intención de recuperar los beneficios previamente otorgados, rayaría en sectarismo o conductas mafiosas. (http://laverdadcatolica.org/index00.htm)

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