jueves, 28 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Jueves, febrero 28, 2013

Autor: H. Samuel Mauricio Hurtado | Fuente: Catholic.net
El hombre rico y el pobre Lázaro
Lucas 16,19-31. Cuaresma. Los nuevos "Lázaros" me necesitan para que comparta su dolor y les muestre el amor de Dios.
El hombre rico y el pobre Lázaro
Del santo Evangelio según san Lucas 16,19-31

Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y comía regiamente todos los días. Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta del rico. Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas. Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas». Abraham le respondió: «Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos. Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro». El otro replicó: «Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento». Abraham le contestó: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen». El rico insistió: «No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde ellos, se arrepentirían». Abraham le replicó: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán».

Oración introductoria:
Dios mío, Tú conoces mis sufrimientos. Tú mismo te quisiste hacer hombre para compartir cada uno de mis dolores y darme la seguridad de que estarás siempre conmigo en esta vida. Dame la fe para soportar valientemente mis carencias materiales o espirituales sabiendo que todas me las premiarás. Haz que viva desapegado interiormente de todos los bienes materiales, para salir al encuentro de los demás "Lázaros" y ser para ellos expresión de tu amor.

Petición:
Señor, que desde este momento socorra en tu nombre a todas las personas que necesiten de ayuda y de consuelo, y que sea yo el primero en unir mis sufrimientos a los que padeciste por mí.

Meditación del Papa:
Jesús narra la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro. El primero vive en el lujo y en el egoísmo, y cuando muere, acaba en el infierno. El pobre, en cambio, que se alimenta de las sobras de la mesa del rico, a su muerte es llevado por los ángeles a la morada eterna de Dios y de los santos. "Bienaventurados los pobres -había proclamado el Señor a sus discípulos- porque vuestro es el Reino de Dios". Pero el mensaje de la parábola va más allá: recuerda que, mientras estemos en este mundo, debemos escuchar al Señor que nos habla mediante las sagradas Escrituras y vivir según su voluntad, de lo contrario, después de la muerte, será demasiado tarde para arrepentirse. Por tanto, esta parábola nos dice dos cosas: la primera es que Dios ama a los pobres y les alivia de su humillación; la segunda es que nuestro destino eterno está condicionado por nuestra actitud, depende de nosotros seguir el camino que Dios nos ha mostrado para llegar a la vida, y este camino es el amor, no entendido como sentimiento, sino como servicio a los demás, en la caridad de Cristo. (Benedicto XVI, 26 de septiembre de 2010).

Reflexión apostólica:
Hoy, la humanidad sigue necesitando pan y techo, como siempre ha sido; pero justamente ahora, las personas hemos tomado conciencia de lo importante que es ayudar a los demás. Sin embargo, hay que preguntarnos si la ayuda que damos no se queda sólo en una moneda o un pedazo de pan. En nuestros tiempos de consumismo, de trajín y de deseo de pasar por encima de los demás, lo que las personas más necesitan es una sonrisa amable, un gesto de piedad, una palmada de aliento. Los nuevos "Lázaros" me necesitan para que comparta su dolor y para que les muestre el amor de Dios. Cristo quiso sufrir lo que sufre un ser humano y su triunfo y resurrección son la prueba anticipada de nuestro triunfo. Basta abrir el corazón para ayudar a los demás y la valentía para perseverar en mis propias dificultades, en gratitud al amor de Dios.

Propósito:
Me interesaré por las personas con las que me encuentre hoy, aunque ello signifique sacrificar mi tiempo.

Diálogo con Cristo:
Jesús, yo no quiero ser como el rico Epulón, que estuvo preocupado toda la vida por tener bienes materiales, pero al final se quedó sin nada. Yo quiero vivir desapegado de lo que tengo, y es más: quiero utilizarlo para llevar consuelo a mis hermanos los hombres. Gracias por responder a mi llamada dándome esta parábola como ejemplo, para que mis cualidades no se vayan conmigo a la tumba, sino que se queden con los que sufren, con el mendigo que pide a la puerta, con el amigo que no ha encontrado el sentido a la vida... Quiero sentir la satisfacción de dar a los demás amor, el amor que tú me tienes. Por último te pido la fuerza para no dejarme caer por el peso de mis dificultades y te agradezco que hasta ahora me hayas ayudado en todos los momentos difíciles de mi vida.

Lecturas del Día Jueves, febrero 28, 2013

Primera lectura:
Del libro del profeta Jeremías: 17, 5-10
Esto dice el Señor: "Maldito el hombre que confía en el hombre, que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en la estepa, que nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhabitable.
Bendito el hombre que confía en el Señor y en Él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos.
El corazón del hombre es la cosa más traicionera y difícil de curar. ¿Quién lo podrá entender? Yo, el Señor, sondeo la mente y penetro el corazón, para dar a cada uno según sus acciones, según el fruto de sus obras".
 
Salmo responsorial:
Del salmo 1
R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Lucas: 16, 19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. '
Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas'. Pero Abraham le contestó: 'Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá'.
El rico insistió: 'Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos'. Abraham le dijo: 'Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen'. Pero el rico replicó: 'No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán'. Abraham repuso: 'Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto' ".

miércoles, 27 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Miércoles, febrero 27, 2013

Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
Tercer anuncio de la Pasión
Mateo 20, 17-28. Cuaresma. Vivamos estos días de preparación para la Semana Santa esta virtud de la sencillez y la humildad.
Tercer anuncio de la Pasión
Del santo Evangelio según san Mateo 20, 17-28

Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará. Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. El le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

Oración introductoria:
Jesús, permite que esta meditación me lleve a crecer en el amor, especialmente en este tiempo en que la Iglesia me invita a contemplar el gran sacrificio que implicó mi redención. Guía mi oración, ilumíname para que no sólo comprenda, sino que viva, en todo y con todos, la caridad.

Petición:
Te suplico, Jesús, que nunca permitas que sea indiferente a tus innumerables muestras de amor.

Meditación del Papa:
Jesús va de camino hacia Jerusalén y anuncia por tercera vez, indicándolo a los discípulos, el camino a través del cual va a llevar a cumplimiento la obra que el Padre le encomendó: es el camino del don humilde de sí mismo hasta el sacrificio de la vida, el camino de la Pasión, el camino de la cruz. Y, sin embargo, incluso después de este anuncio, como sucedió con los anteriores, los discípulos manifiestan toda su dificultad para comprender, para llevar a cabo el necesario "éxodo" de una mentalidad mundana hacia la mentalidad de Dios. En este caso, son los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, quienes piden a Jesús poder sentarse en los primeros puestos a su lado en la "gloria", manifestando expectativas y proyectos de grandeza, de autoridad, de honor según el mundo. Jesús, que conoce el corazón del hombre, no queda turbado por esta petición, sino que inmediatamente explica su profundo alcance: "No sabéis lo que pedís"; después guía a los dos hermanos a comprender lo que conlleva seguirlo. (Benedicto XVI, 20 de noviembre de 2010).

Reflexión:
Se acerca el momento de la pasión. Jesús está en Jerusalén con sus discípulos y pronuncia clarísimamente el tercer anuncio de su muerte. ¿Qué pensaban los discípulos en ese instante? ¿Se les encogía el corazón sólo de pensar en Jesús torturado, escarnecido, insultado, como decían los antiguos profetas?
Contrariamente a todo esto los apóstoles se enredan en una discusión egoísta sobre quién será el primero en el Reino de los Cielos. Si bien la discusión es originada por las palabras de la madre de Santiago y Juan, el pensamiento de quién de ellos estaría más cerca de Jesús en su Reino se albergaba en el corazón de cada uno de ellos. También en ocasiones nosotros, en el momento en que Cristo quiere decirnos algo importante o darnos una gracia especial, nos enredamos en nuestros pensamientos egoístas, y no escuchamos todo aquello que Jesús quiere decirnos.
El que quiera ser el primero, que sea el último. Jesús ama a los humildes, a los sencillos, a los que son como niños. El que es sencillo nunca desea el primer puesto para sí, sino para los demás. Vivamos estos días de preparación para la Semana Santa esta virtud de la sencillez y la humildad para que Cristo vea en nuestros corazones la ternura de un niño. Preparémonos de esta manera para la Pasión del Señor, y no como lo hacían los apóstoles movidos por sus pensamientos egoístas.

Propósito:
Dar a Cristo un «sí» generoso y dedicar un tiempo semanal para trabajar por la Iglesia.

Diálogo con Cristo:
Señor Jesús, qué fácilmente puedo caer en pensar que dado que no mato, no robo, no hago conscientemente el mal, tengo derecho a privilegios. Qué insensato puedo ser al acercarme a la oración con una actitud de superioridad, de exigencia. Gracias por mostrarme que no es ése el camino cierto del amor. Eres mi Dios, mi hermano, mi amigo, mi mejor amigo, que me ofreces la plenitud. Ayúdame a estar siempre abierto a tu gracia y servir a mis hermanos en tu Iglesia.

Lecturas del Día Miércoles, febrero 27, 2013

Primera lectura: 
Del libro del profeta Jeremías: 18, 18-20
En aquellos días, los enemigos del profeta se dijeron entre sí: "Vengan, tendamos un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar doctrina al sacerdote, consejo al sabio, ni inspiración al profeta. Vengan, ataquémoslo de palabra y no hagamos caso de sus oráculos".
Jeremías le dijo entonces a Dios: "Señor, atiéndeme. Oye lo que dicen mis adversarios. ¿Acaso se paga bien con mal? Porque ellos han cavado una fosa para mí. Recuerda cómo he insistido ante ti, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu cólera".

Salmo responsorial: 
Del salmo 30
R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Sácame, Señor, de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R/.
Oigo las burlas de la gente y todo me da miedo; se conjuran contra mí y tratan de quitarme la vida. R/.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios y en tus manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.

Evangelio: 
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 17-28
En aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús llamó aparte a los Doce y les dijo: "Ya vamos camino de Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día, resu-citará".
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?". Ella respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán be-ber el cáliz que yo he de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos". Y Él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".

martes, 26 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Martes, febrero 26, 2013

Autor: P. Vicente Yanes | Fuente: Catholic.net
Hipocresía de los escribas y fariseos
Mateo 23, 1-12. Cuaresma. Servir de oculto, sin buscar un premio inmediato, da gloria a Dios.
Hipocresía de los escribas y fariseos
Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí". Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.

Oración introductoria:
Señor, te necesito. Aunque mi autosuficiencia me invite a otros menesteres, sé que sin Ti nada soy. Aunque no te vea, sé que estás presente, interesado en tener un diálogo de amor conmigo en esta oración. Permite que sepa alejar mis preocupaciones para guardar el silencio necesario y escuchar lo que hoy me quieres decir.

Petición:
Jesús, dame tu gracia y la fuerza para vivir siempre de acuerdo a tu Evangelio.

Meditación del Papa:
Pensando en los maestros que oprimen la libertad de los demás en nombre de su propia autoridad, san Buenaventura indica quién es el auténtico Maestro, afirmando: "Nadie puede enseñar, ni obrar, ni alcanzar las verdades conocibles sin que esté presente el Hijo de Dios". "Jesús se sienta en la "cátedra" como el Moisés más grande, que extiende la Alianza a todos los pueblos". ¡Él es nuestro verdadero y único Maestro! Por ello, estamos llamados a seguir al Hijo de Dios, al Verbo encarnado, que manifiesta la verdad de su enseñanza a través de la fidelidad a la voluntad del Padre, a través del don de sí mismo. Escribe el beato Antonio Rosmini: "El primer maestro forma a todos los demás maestros, del mismo modo que forma a los discípulos, porque [tanto unos como otros] existen sólo en virtud de ese tácito pero poderosísimo magisterio". Jesús condena enérgicamente también la vanagloria y asegura que obrar "para que los vea la gente" pone a merced de la aprobación humana, amenazando los valores que fundan la autenticidad de la persona. (Benedicto XVI, 30 de octubre de 2011)

Reflexión:
"Ser el más popular, salir en televisión, que todos me conozcan y saluden por la calle". Es una gran aspiración de hoy. A los fariseos también les gustaba verse importantes, aparentar una conducta intachable, causar la admiración de todos.
Es una actitud que se nos cuela secretamente en nuestro corazón: "Ya que me esfuerzo en esto, que se vea, que me lo reconozcan". Es muy sacrificado trabajar para los demás y percibir que ellos ni se dan cuenta, ni abren la boca para decir gracias. De esto saben mucho las amas de casa, que lo tienen todo a punto y nadie se acuerda de reconocérselo.
Pero el cristianismo no consiste en actuar de cara a los demás. No somos actores, sino hijos de Dios. Él ya lo ve, y sabrá valorarlo. Es más, el mérito se alcanza cuando hemos sido más ignorados por los hombres. Si hoy he puesto la vajilla en casa y nadie me ha dado las gracias, mejor. Dios tendrá toda la eternidad para hacerlo.
Servir de oculto, sin buscar un premio inmediato, da gloria a Dios. Y al mismo tiempo, nos abre los ojos ante la calidad de una obra hecha por puro amor a Dios y experimentamos un gozo interior, una paz que nos eleva y nos hace ver la grandeza del hombre.
Por eso Jesús repite que el primero no es el que recibe las alabanzas, sino el que sirve.

Propósito:
Rectificar mis intenciones varias veces al día.

Diálogo con Cristo:
Señor, ayúdame a vivir esta Cuaresma en la perspectiva del amor. Que sea fiel a mi vocación de discípulo y misionero. Que por amor a Ti sea auténtico, generoso y desinteresado en todas mis relaciones con los demás. Que el amor me lleve a cumplir mi misión para que otros puedan experimentar la alegría de tu presencia.

Lecturas del Día Martes, febrero 26, 2013

Primera lectura: 
Del libro del profeta Isaías: 1, 10. 16-20
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: "Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.
Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará".

Salmo responsorial: 
Del salmo 49
R/. Muéstranos, Señor, el camino de la salvación.
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa, ni cabritos de tus rebaños. R/.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos? R/.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad. R/.

Evangelio: 
Del santo Evangelio según san Mateo: 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

lunes, 25 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Lunes, febrero 25, 2013

Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
No juzguen y no serán juzgados
Lucas 6, 36-38. Cuaresma. Un corazón que no perdona no es un corazón cristiano sino que es un corazón que no agrada ni da gloria a Dios.
No juzguen y no serán juzgados
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 36-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.

Oración introductoria:
Jesús, gracias por mostrarme claramente el camino a seguir. Ser misericordioso, no juzgar, no condenar, perdonar y dar generosamente, suena fácil... pero contrario a mi tendencia egoísta y soberbia. ¡Ven Espíritu Santo! Ilumina mi mente e inflama de amor mi corazón, para que esta meditación sea el punto de partida de mi transformación de ciudadano del mundo a discípulo y misionero de tu amor.

Petición:
Jesús, hazme crecer en la misericordia, la magnanimidad y la bondad, para llegar a ser un auténtico testigo de tu amor.

Meditación del Papa:
En una época de emergencia educativa, en la que el relativismo pone en discusión la posibilidad misma de una educación entendida como introducción progresiva al conocimiento de la verdad, al sentido profundo de la realidad, por ello como introducción progresiva a la relación con la Verdad que es Dios, los cristianos están llamados a anunciar con vigor la posibilidad del encuentro entre el hombre de hoy y Jesucristo, en quien Dios se ha hecho tan cercano que se le puede ver y escuchar. En esta perspectiva, el sacramento de la Reconciliación, que parte de una mirada a la condición existencial propia y concreta, ayuda de modo singular a esa “apertura del corazón” que permite dirigir la mirada a Dios para que entre en la vida. La certeza de que él está cerca y en su misericordia espera al hombre, también al que está en pecado, para sanar sus enfermedades con la gracia del sacramento de la Reconciliación, es siempre una luz de esperanza para el mundo. (Benedicto XVI, 9 de marzo de 2012).

Reflexión:
En este texto del evangelio, Jesús tiene la intención de mover nuestros corazones en una sola dirección: el amor a nuestros enemigos. "¡Qué fácil es amar a los que nos aman!", dirá en otra ocasión. Sin embargo lo más difícil del amor cristiano es vivirlo con los que no nos corresponderán, con los que nos insultan o persiguen, con los que hablan mal de nosotros a nuestras espaldas, con los que luchan por arrebatarnos nuestro puesto de trabajo: nuestros enemigos.
La consigna que nos envía Jesucristo es muy clara: "Sed misericordiosos". Un corazón que no perdona no es un corazón cristiano sino que es un corazón que no agrada ni da gloria a Dios. Por eso Cristo dirá en otra ocasión que si cuando nos acercamos a Dios para rendirle una ofrenda recordamos una enemistad con alguno de nuestros hermanos, primero debemos reconciliarnos con él, y después realizar la ofrenda.
Practiquemos estas dos virtudes que nos propone Jesús en nuestra vida: la misericordia y la benevolencia. Propongámonos que en ninguna de nuestras conversaciones, charlas o discusiones se mezcle jamás la más mínima crítica hacia ninguno de nuestros hermanos, que son todos los hombres.

Propósito:
Ser paciente con los defectos y limitaciones de los demás, mostrando, en todo y con todos, la bondad de Jesucristo.

Diálogo con Cristo:
Para poder crecer en el amor a los demás, tengo que aprender a fijarme en ellos, como me ha recordado Benedicto XVI en su mensaje para esta Cuaresma. Este fijarme lleno de amor y bondad, buscando el bien de la persona, de toda la persona, es hacer vida el mandamiento del amor al prójimo exige y urge a tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios. Gracias, Señor, por darnos al Papa como faro seguro y guía que nos anima a seguir nuestro camino a la santidad.

Lecturas del Día Lunes, febrero 25, 2013

Primera lectura:
Del libro del profeta Daniel: 9, 4-10
En aquellos días, imploré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "Señor Dios, grande y temible, que guardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidades, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. No hemos hecho caso a los profetas, tus siervos, que hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo.
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la vergüenza en el rostro, que ahora soportan los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén y de todo Israel, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste, a causa de las infidelidades que cometieron contra ti.
Señor, la vergüenza es nuestra, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. De nuestro Dios, en cambio, es el tener misericordia y perdonar, aunque nos hemos rebelado contra Él, y al no seguir las leyes que Él nos había dado por medio de sus siervos, los profetas, no hemos obedecido su voz".

Salmo responsorial:
Del salmo 78
R/. No nos trates, Señor, como merecen nuestros pecados.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados. R/.
Que lleguen hasta ti los gemidos del cautivo; con tu brazo poderoso salva a los condenados a muerte. Y nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre y de generación en generación te alabaremos. R/.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 36-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos".

domingo, 24 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Domingo, febrero 24, 2013

Autor: P. Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net
A la luz de la gloria por la sombra de la cruz
Lucas 9, 28-36. 2o. Domingo de Cuaresma. Nuestro Señor concede a sus apóstoles la gracia de contemplar su rostro transfigurado, para confirmarlos en su fe y que no desfallezcan.
A la luz de la gloria por la sombra de la cruz
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 28-36

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías, sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle. Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

Oración introductoria:
Señor, me acerco a Ti con fe, una gran confianza y mucho amor. Quiero subir contigo a la montaña de la oración para contemplarte e iluminar interiormente mi vida. Pido a la Virgen María, mi guía en el camino de la fe, que me ayude a vivir esta experiencia.

Petición:

Jesucristo, dame la gracia de encontrarte íntimamente para dejar atrás, en esta Cuaresma, todo lo que me aparte de Ti.

Meditación del Papa:
El misterio de la Transfiguración no se separa del contexto del camino que Jesús está haciendo. Él se ha ya decididamente dirigido hacia el cumplimiento de su misión, a sabiendas de que, para llegar a la resurrección, tendrá que pasar a través de la pasión y la muerte de cruz. De esto les ha hablado abiertamente a sus discípulos, los cuales no han entendido, sino más bien han rechazado esta perspectiva porque no razonan de acuerdo con Dios, sino con los hombres. Por eso Jesús lleva a tres de ellos a la montaña y les revela su gloria divina, el esplendor de la Verdad y del Amor. Jesús quiere que esta luz pueda iluminar sus corazones cuando pasen por la densa oscuridad de su pasión y muerte, cuando el escándalo de la cruz será insoportable para ellos. Dios es luz, y Jesús quiere dar a sus amigos más íntimos la experiencia de esta luz, que habita en Él. Por lo tanto, después de este evento, Él será en ellos una luz interior, capaz de protegerlos de los ataques de las tinieblas. Incluso en la noche más oscura, Jesús es la luz que nunca se apaga. (Benedicto XVI, 4 de marzo de 2012).

Reflexión:
Dentro de los Museos vaticanos, en Roma, se encuentra una de las obras maestras del arte universal: La Transfiguración, pintura realizada por Rafael el año 1517, y expuesta actualmente en la Pinacoteca vaticana. En la parte superior de este hermoso cuadro, la luz parece atraer la blanca figura de Cristo hacia el cielo, mientras las nubes son arrastradas por un viento de tempestad; y sobre la cima del monte Tabor los apóstoles Pedro, Santiago y Juan quedan encandilados por la luz fulgurante de Cristo.
¡Qué impresionante debió haber sido aquel momento dichoso en el que Jesús mostró la gloria de su divinidad a sus apóstoles predilectos! Lucas nos dice que Jesús subió a un monte a orar. Y mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, y sus vestidos se volvieron blancos y resplandecientes. Mateo añade un detalle significativo.
Dice que el rostro de Jesús se volvió brillante, más hermoso que el sol y blanco como la luz. El sol, y sobre todo la luz, aparecen con frecuencia en las Sagradas Escrituras, y siempre en un contexto de revelación y de teofanía. Es decir, son indicio y reflejo de la presencia divina.
Además, Mateo y Marcos, para expresarnos el misterio sorprendente de este momento, usan un verbo muy fuerte y expresivo. Dicen que Jesús se metamorfoseó; y este vocablo griego indica un cambio de forma, de aspecto, de figura. Es el mismo término que emplea san Pablo para describir nuestra futura resurrección, y significa una transformación profunda, un estado superior al de la tierra, una gloria celestial.
Martín Descalzo comenta: fue como si Jesús hubiera desatado al Dios que era y al que tenía velado y contenido en su humanidad. Su alma de hombre, unida a la divinidad, deborda en este momento e ilumina todo su cuerpo. Si a un hombre es capaz de transformarlo una alegría, ¿qué no sería aquella tremenda fuerza interior que Jesús contenía para no cegar a cuantos le rodeaban?. Tiene razón. Era como si nuestro Señor dejara en este momento explotar toda la potencia y el esplendor de su gloria divina para mostrar la verdadera realidad de su Persona. ¡Debió haber sido algo sumamente impresionante!
Podemos hablar no sólo de un éxtasis de Cristo, sino muchísimo más que eso: era la manifestación radiante de su auténtica naturaleza y condición divina, la irradiación de la gloria de Dios como afirma la carta a los Hebreos y la impronta de su sustancia (Hb 1, 3).
¡Cómo habrá impactado esta revelación de Cristo a sus apóstoles! Tanto que los tres evangelios sinópticos nos refieren unánimemente que estaban aterrados, ante la contemplación de esta gloria y belleza sin igual. Y Pedro, fuera de sí o sea, literalmente, extasiado, pues eso significa esta palabra en griegoexclama: ¡Maestro, qué hermoso es estarnos aquí!. ¡Claro! Era como estar en el cielo, ni más ni menos.
Sin embargo, puede resultarnos un poco paradójico que la Iglesia nos presente este pasaje evangélico dentro de la Cuaresma, en un período de penitencia, de sacrificio y de austeridad. Mucho más lógico sería que nos lo ofreciera en el período de Pascua, por ejemplo. Pero no. Y tiene mucho sentido. Me explico brevemente.
En el Tabor aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús. ¿Sabemos, acaso, el tema de sus conversaciones? Por fortuna, Lucas nos lo refiere: hablaban de su muerte de Jesús, por supuesto que había de cumplirse en Jerusalén. Pero, ¿no estaba Cristo revelándose ahora en toda su gloria? Y entonces, ¿por qué tenía que hablar precisamente de su muerte en estos momentos? ¿Por qué no hablaba de cosas más agradables y positivas?
Porque para Cristo, su máxima gloria debía llegar a través de la Cruz. Y cuando habla de su Pasión, constantemente habla de su glorificación (Jn 7,39; 12,23; 13,31-32; 17,1). Su triunfo definitivo vendrá en el Calvario: Yo, cuando sea exaltado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (Jn 12,32).
Su muerte en el Gólgota era, para Él, sinónimo de glorificación y exaltación. ¡Otra de esas locuras y paradojas desconcertantes de Jesús! Éste es su lenguaje. Un lenguaje divino que sólo puede ser comprendido y acogido por la fe y el amor. No hay vuelta de hoja. Y si nosotros queremos ser auténticos cristianos cristianos a fondo y no de fachada tenemos que ir por este camino.
Nuestro Señor concede a sus apóstoles la gracia de contemplar su rostro transfigurado en el Tabor para confirmarlos en su fe y para que no desfallezcan ni se escandalicen cuando vean su rostro desfigurado en la Cruz. La pasión y el dolor son camino de gloria y de resurrección.

Propósito:
Visitar a Cristo en la Eucaristía y pedirle el don de conocerlo y amarlo mejor.

Diálogo con Cristo:
Señor, que no soñemos nosotros con triunfos fáciles, con una vida de placeres y de glorias mundanas. A la luz de la gloria del cielo hemos de llegar a través del camino, muchas veces oscuro y penoso, de la cruz. Pero si vamos por esta senda, ¡vamos con paso seguro! Ahora compartimos tus sufrimientos en la cruz. Pero, cuando llegue aquel día bendito de nuestra propia transfiguración, nuestra dicha y nuestra gloria será casi infinita. De momento, tenemos que llorar y lamentarnos, pero de nuevo volverás a nosotros y nos llevarás contigo, y nuestra tristeza se convertirá en gozo. Y entonces, en aquel día ya sin noche y sin ocaso, nadie será capaz de quitarnos nuestra alegría

Lecturas del Día Domingo, febrero 24, 2013

Primera lectura:
Del libro del Génesis: 15, 5-12. 17-18
En aquellos días, Dios sacó a Abram de su casa y 1e dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu descendencia".
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo: "Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra". Abram replicó: "Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?". Dios le dijo: "Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón".
Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.
De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo: "A tus descendientes doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates".

Salmo responsorial:
Del salmo 26
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote estoy. R/.
No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.

Segunda lectura:
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3, 17-4, 1
Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de aquellos que siguen el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro salvador, Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.
Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 28-36
En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con Él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con Él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías", sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo". Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo.
Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

sábado, 23 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Sábado, febrero 23, 2013

Autor: P. Juan Jesús Riveros | Fuente: Catholic.net
El amor a los enemigos
Mateo 5, 43-48. Cuaresma. Dios es verdadero amor porque me ama siempre y porque ama a quien me ha hecho mal.
El amor a los enemigos

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.

Oración introductoria:
Señor, la meta de la perfección aparece como una utopía, una ilusión, porque racionalmente amar siempre, y a todos, es imposible. Hacer el bien sin descanso se antoja contrario a la felicidad. Ayúdame, Padre mío, a tener un encuentro contigo en esta oración, para que tu gracia cambie esta ilusión en una realidad.

Petición:
Jesús, ayúdame a crecer en la fe, la esperanza y la caridad para perseverar en mi esfuerzo por alcanzar la santidad.

Meditación del Papa:
"Sed perfectos" había dicho el Maestro a sus discípulos; y ahora el Apóstol exhorta a vivir según esta alta medida de la vida cristiana que es la santidad. Puede hacerlo porque los hermanos a los que se dirige son "elegidos de Dios, santos y amados". También aquí, en la base de todo está la gracia de Dios, está el don de la llamada, el misterio del encuentro con Jesús vivo. Pero esta gracia exige la respuesta de los bautizados: requiere el compromiso de revestirse de los sentimientos de Cristo: compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, magnanimidad, perdón recíproco y, sobre todo, como síntesis y coronamiento, el ágape, el amor que Dios nos ha donado mediante Jesús y que el Espíritu Santo ha derramado en nuestro corazón. Y para revestirse de Cristo es necesario que su Palabra habite entre nosotros y en nosotros con toda su riqueza, y en abundancia. En un clima de constante acción de gracias, la comunidad cristiana se alimenta de la Palabra y eleva hacia Dios, como canto de alabanza, la Palabra que él mismo nos ha donado. (Benedicto XVI, 10 de marzo de 2012).

Reflexión:
Odia a tu enemigo. Este "precepto" perdió todo su sentido con la venida y el mensaje de Cristo. Él nos dijo: amad a vuestros enemigos, porque el verdadero amor no pide nada a cambio, el verdadero amor se da aunque sea pisoteado. El sol, la lluvia y el viento que tocan a nuestra puerta son los mismos que tocan la puerta de mi enemigo. Dios es verdadero amor porque me ama siempre y porque ama a quien me ha hecho mal. Ese es el verdadero amor, el que no tiene límites.
Los hombres somos criaturas finitas, pequeñas cosas comparadas con el universo o con el creador, pero en algo podemos asemejarnos a Dios: en que tenemos la capacidad de amar infinitamente.
Es una nueva vía la que nos presenta Cristo: sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. ¿Qué es lo más perfecto que podríamos hacer si no es amar? En esto nos podemos parecer a Dios: en que sabemos amar, sin distinciones ni preferencias.
Dos llaves abren el corazón de Dios: el amor y el perdón. Dos llaves abren el corazón del hombre: el amor y el perdón. Lleva las llaves al cuello y abre las puertas que parecen cerradas, así abrirás las puertas del corazón de Dios.

Propósito:
Ser ecuánime en mis estados de ánimo. Mi familia y los demás se merecen lo mejor de mí.

Diálogo con Cristo:
¡Quédate conmigo, Jesús! Convénceme de que la gran tarea de mi vida es la búsqueda de la santidad y que ésta no puede desligarse nunca de la gracia. Sólo Tú, Señor, puedes hacer posible mi transformación en el amor. Me pongo en tus manos, moldéame a tu antojo, te amo y confío plenamente en tu misericordia, porque soy débil, egoísta y soberbio, pero te amo y libremente te entrego todo mi ser.

Lecturas del Día Sábado, febrero 23, 2013

Primera lectura:
Del libro del Deuteronomio: 26, 16-19
En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: "El Señor, tu Dios, te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos; guárdalos, por lo tanto, y ponlos en práctica con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has oído al Señor declarar que Él será tu Dios, pero sólo si tú caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su voz.
Hoy el Señor te ha oído declarar que tú serás el pueblo de su propiedad, como Él te lo ha prometido, pero sólo si guardas sus mandamientos. Por eso Él te elevará en gloria, renombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho y tú serás un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, como Él te lo ha prometido".

Salmo responsorial:
Del salmo 118
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Te alabaré con sincero corazón, cuando haya aprendido tus justos mandamientos. Quiero cumplir tu ley exactamente. Tú, Señor, no me abandones. R/.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 43-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto".

viernes, 22 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Viernes, febrero 22, 2013

Autor: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Catholic.net
Pedro es la piedra donde se edifica la Iglesia
Mateo 16, 13-19. Cátedra de San Pedro. Cristo es la cabeza de la Iglesia, pero los Papas son sus vicarios, sus representantes visibles en la tierra.
Pedro es la piedra donde se edifica la Iglesia
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas". Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús le dijo entonces: "tú, Simón, hijo de Juan, por que esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo"

Oración introductoria:
Señor, conoces mi debilidad y mis faltas. Me postro ante Ti en esta oración, confortado por tu Evangelio que me confirma que, como Pedro, a pesar de mis caídas, puedo confiar en que tu gracia y tu misericordia pueden obrar en mí una profunda conversión, que me dé la fuerza para saber renunciar a lo que me aparte de ponerme totalmente al servicio de tu Iglesia.

Petición:
Jesús, dame la fuerza para mi conversión de modo que confiese mi fe en Ti y en tu Iglesia, más con las obras que con las palabras.

Meditación del Papa:
Y se resquebraja si el hombre ya no confía en Dios ni le obedece. Todo en la Iglesia se apoya sobre la fe: los sacramentos, la liturgia, la evangelización, la caridad. También el derecho, también la autoridad en la Iglesia se apoya sobre la fe. La Iglesia no se da a sí misma las reglas, el propio orden, sino que lo recibe de la Palabra de Dios, que escucha en la fe y trata de comprender y vivir. Los Padres de la Iglesia tienen en la comunidad eclesial la función de garantes de la fidelidad a la Sagrada Escritura. Ellos aseguran una exégesis fidedigna, sólida, capaz de formar con la Cátedra de Pedro un complejo estable y unitario. Las Sagradas Escrituras, interpretadas autorizadamente por el Magisterio a la luz de los Padres, iluminan el camino de la Iglesia en el tiempo, asegurándole un fundamento estable en medio a los cambios históricos. (Benedicto XVI, 19 de febrero de 2012).

Reflexión:
Celebramos hoy, con la Iglesia universal, la fiesta de la Cátedra de San Pedro. La palabra cátedra es de origen griego y significa sede. Es el sitio ocupado por un maestro autorizado para la enseñanza.
Así, cuando se habla de una decisión "ex cátedra" del Papa, se trata de una decisión en la que el Sumo Pontífice habla como maestro universal de la Iglesia.
San Pedro, en el Evangelio de hoy, recibe una gran tarea: Jesús lo elige primer papa de la Iglesia. Y le explica su misión por medio de dos símbolos: la piedra y las llaves:

1. La piedra
Pedro es LA PIEDRA, sobre la cual se edificará la Iglesia, la comunidad del pueblo de Dios. La Iglesia es como una construcción, que se edifica a partir de los cimientos. Y el cimiento, una vez colocado, debe quedar ahí para que el edificio no se venga abajo.
Pedro y sus sucesores, los Papas, son el fundamento visible de la construcción. Porque el fundamento invisible es el mismo Señor Jesucristo. Y ese doble cimiento es la garantía de la victoriosidad de la Iglesia a través de los siglos.

2. Las llaves
La otra imagen con la cual Jesús le explica a Pedro su tarea, es la de LAS LLAVES. Simboliza la autoridad sobre la casa, la potestad de disponer, de dejar entrar y de echar de la casa.
Así Pedro es nombrado mayordomo en el Reino de Dios. Sus decisiones realizadas en la tierra, quedan ratificadas en el cielo. Pedro, y con él sus sucesores, son intermediarios indispensables para el acceso normal al Reino de los Cielos. Cristo es la cabeza de la Iglesia, pero los Papas son sus vicarios, sus representantes visibles en la tierra.
La primera lectura de hoy, I Pedro 5,1-4, nos habla de otro aspecto de la tarea de San Pedro: él es el pastor del rebaño de Dios. Y allí se nos insinúa un tercer símbolo:

3. El cayado
Se trata del CAYADO DEL PASTOR. El bastón que es guía y sostén del pastor durante sus interminables recorridos. Como bastón de mando o báculo del Papa es signo de poder y autoridad. Cristo, al volver al Padre, no pensó dejar al frente de los suyos un "líder" o un "director", sino un pastor, tal como él lo había sido. Por eso pasó a Pedro su cayado pastoral, para que lo lleve hasta su muerte y lo legue, a su vez, a sus sucesores. Y es así como nació el papado.
Y no se le encargó a Pedro esta tarea en premio a su santidad, ni porque fuera mejor que los demás apóstoles. El papel de Pedro se debe únicamente a la voluntad amorosa de Cristo. Y lo mismo sus sucesores que continúan esa misión de pastoreo encomendada por Jesús.
Ésta es la razón por la que las ovejas de hoy nos sentimos ligadas al Pedro actual.

Propósito:
Rezar hoy especialmente por el Papa Benedicto XVI, y para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales para la elección del nuevo Papa.

Diálogo con Cristo:
Señor, porque te amo realizo mi misión en la Iglesia. Quiero comprometerme a cambiar las actitudes y el comportamiento que no sean conforme a tu Evangelio. Quiero formarme y entregarme a mi misión en la Iglesia, porque no sólo quiero reconocerte con mi mente sino abrazar tu verdad con mi vida, palabras y acciones.

Lecturas del Día Viernes, febrero 22, 2013

Primera lectura: 
De la primera carta del apóstol san Pedro: 5, 1-4
Hermanos: Me dirijo ahora a los pastores de las comunidades de ustedes, yo, que también soy pastor como ellos y además he sido testigo de los sufrimientos de Cristo y participante de la gloria que se va a manifestar.
Apacienten el rebaño que Dios les ha confiado y cuiden de él no como obligados por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino con entrega generosa; no como si ustedes fueran los dueños de las comunidades que se les han confiado, sino dando buen ejemplo. Y cuando aparezca el Pastor supremo, recibirán el premio inmortal de la gloria.

Salmo responsorial:
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.

Evangelio: 
Del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo".
 

jueves, 21 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Jueves, febrero 21, 2013

Autor: P. Vicente Yanes | Fuente: Catholic.net
Eficacia de la oración
Mateo 7, 7-12. Cuaresma. Él ha prometido que nuestras necesidades quedarán satisfechas, sólo tenemos que pedir con fe.
Eficacia de la oración
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo dijo Jesús: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.

Oración introductoria:
Vengo a orar, Jesús, confiado en tus palabras. Sé que si te pido, me darás; que si te busco, te encontraré; que si toco a la puerta de tu corazón, me la abrirás, porque Tú sólo me das cosas buenas.

Petición:
Te pido, Señor, que me ayudes a descubrir siempre cuál es tu voluntad y me des tu gracia para cumplirla.

Meditación del Papa:
El Señor dice "lo que pidáis os doy". Y nosotros querríamos decir: "No, Señor, no es verdad". Cuántas oraciones buenas y profundas de madres que rezan por el hijo que está muriendo y no son escuchadas, cuántas oraciones para que suceda alguna cosa buena y el Señor no escucha. ¿Qué significa esta promesa? El Señor nos da la clave para comprender: nos dice cuánto nos da, qué es este todo, la alegría: si uno ha encontrado la alegría ha encontrado todo y ve todo en la luz del amor divino. […] Es útil recordar, al mismo tiempo, algunos versículos del Evangelio de san Lucas, donde el Señor, en una parábola, habla de la oración diciendo: "Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan". El Espíritu Santo -en el Evangelio de san Lucas- es alegría, en el Evangelio de san Juan es la misma realidad: la alegría es el Espíritu Santo y el Espíritu Santo es la alegría, o, en otras palabras, de Dios no pedimos algo pequeño o grande, de Dios invocamos el don divino, Dios mismo; este es el gran don que Dios nos da: Dios mismo. (Benedicto XVI, 20 de febrero de 2010.)

Reflexión:
Jesús nos da todas las posibilidades para vivir esta vida como es debido. Él ha prometido que nuestras necesidades quedarán satisfechas.
Sólo tenemos que pedir, con fe, y recibiremos. Cuando no sepamos qué hacer, el nos dará la respuesta. Invocándole en el momento de dificultad, Él nos señalará el camino. No hay límites, ni por el número de peticiones ni por la magnitud de su bondad. Jesús alienta nuestra confianza asegurándonos que actuará como un padre con su hijo, esto es, con amor. Buscará lo mejor.
Como en otros lugares del Evangelio, Cristo no puede hablar del Cielo sin hablar de la tierra. Nos dice que debemos actuar con nuestro prójimo del mismo modo como Dios lo hace con nosotros. Queremos ser amados, amemos. Queremos ser perdonados, perdonemos.

Propósito:
Dejar, con confianza, mis preocupaciones en manos de Dios y dedicar un tiempo a la evangelización.

Diálogo con Cristo:
Jesús, ayúdame a llevar a cabo mi misión, confiado en que Tú me darás la luz y la fortaleza para poder ser ese canal por el cual fluya tu gracia e inunde a mis hermanos de tu amor. Soy un torpe y débil instrumento, pero sé que si te lo pido y te dejo actuar, podré lograr milagros. ¡Gracias, Señor, por permitirme participar en la evangelización!

Lecturas del Día Jueves, febrero 21, 2013

Primera lectura:
Del libro de Ester: 14,1.3-5.12-14
En aquellos días, la reina Ester, ante el mortal peligro que amenazaba a su pueblo, buscó refugio en el Señor y se postró en tierra con sus esclavas, desde la mañana hasta el atardecer. Entonces suplicó al Señor, diciendo:
"Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, ¡bendito seas! Protégeme, porque estoy sola y no tengo más defensor que tú, Señor, y voy a jugarme la vida.
Señor, yo sé, por los libros que nos dejaron nuestros padres, que tú siempre salvas a los que te son fieles. Ayúdame ahora a mí, porque no tengo a nadie más que a ti, Señor y Dios mío. Ayúdame, Señor, pues estoy desamparada. Pon en mis labios palabras acertadas cuando esté en presencia del león y haz que yo le agrade, para que su corazón se vuelva en contra de nuestro enemigo, para ruina de éste y de sus cómplices.
Con tu poder, Señor, líbranos de nuestros enemigos. Convierte nuestro llanto en alegría y haz que nuestros sufrimientos nos obtengan la vida".

Salmo responsorial:
Del salmo 137
R/. De todo corazón te damos gracias, Señor.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R/.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 7-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre. ¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuánta mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan. Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas".

miércoles, 20 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Miércoles, febrero 20, 2013

Autor: Andrés Pérez | Fuente: Catholic.net
La muchedumbre pide una señal
Lucas 11, 29-32. Cuaresma. La señal más grande que Dios haya podido obrar en el alma es la conversión.
La muchedumbre pide una señal
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y Él se puso a decirles: Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.

Oración introductoria:
Señor, conoces mi corazón, todos mis pensamientos, deseos e intenciones, buenos y malos, y sé que puedo contar con tu amor, aunque no soy digno de él. Gracias por tu paciencia y misericordia, por las innumerables gracias que hoy quieres concederme en esta oración, por eso te pido que me ilumines para que dedique estos preciosos momentos a contemplar la grandeza de tu amor.

Petición:
Señor, no permitas que te pida señales o dude de Ti, ayúdame a crecer cada día en la fe y en la humildad.

Meditación del Papa:
En Mateo se dice: “Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo, pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra”. En Lucas leemos: “Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación”. No necesitamos analizar aquí las diferencias entre estas dos versiones. Una cosa está clara: la señal de Dios para los hombres es el Hijo del hombre, Jesús mismo. Y lo es de manera profunda en su misterio pascual, en el misterio de muerte y resurrección. Él mismo es el “signo de Jonás”. Él, el crucificado y resucitado, es el verdadero Lázaro: creer en Él y seguirlo, es el gran signo de Dios, es la invitación de la parábola, que es más que una parábola. Ella habla de la realidad, de la realidad decisiva de la historia por excelencia. (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 89)

Reflexión:
Son palabras duras las del Señor. Y valen también para hoy, y con una actualidad que espanta. Veámoslo.
Dentro de los deseos del hombre constatamos con bastante frecuencia esa tendencia a ver "rarezas" por doquier. Nos causa mucho placer, nos devora la curiosidad, nos arrojaríamos casi sin pensarlo adonde algún evento nos sacie este anhelo de espectacularidades. Y más si se trata de lo del más allá y todas esas cosas.
Pero también están los "racionales", los que piensan que todo tiene que tener una explicación científica, como si todo fueran astros y cálculos matemáticos. El día en que algún científico logre hacer la ecuación que demuestre cuánto amor tiene un hijo por su madre, seguramente llegará el fin del mundo porque nunca lo logrará. Entonces tenemos a los demasiado crédulos y a los netamente incrédulos. Los que han pedido signos a Cristo representan a estos dos bandos. No pedirían nada si fueran verdaderos creyentes. Veamos si las cosas no están así hoy en día.
Cerremos los ojos. Recordemos personas, situaciones, programas de televisión, etc. Seguramente saldrán a la memoria aquellos sujetos que buscan hasta en las piedras volcánicas algún rastro de lo divino, o de los que se montan en una exótica pirámide para aspirar energía cósmica. También serán rememorados los sabios del mundo que, mirando estrellas, formulan teorías científicas sobre agujeros negros, quasares y supernovas mandando, eso sí, a la Inteligencia que los creó a la oscuridad de supersticiones vanas.
Unos y otros piden una señal. ¿Qué ha dicho Cristo hoy por boca del evangelista Lucas? Que, lamentablemente, somos “una generación malvada”, esto es, no hemos convertido el corazón al Dios vivo, lo tenemos cegado con nuestra mala conducta y soberbia de la vida. ¿Cómo pedimos, entonces, una señal de fe si hemos cerrado, con esta actitud, el corazón a acoger al Señor?
Por eso la única señal será la del profeta Jonás, el hombre que predica la conversión por toda la ciudad de Nínive, a ver si libremente cada uno de nosotros acepta la propuesta, muda el corazón, y nos volvemos a Dios. Ya con esto habremos logrado la más grande señal que Dios haya podido obrar en el alma libre: la conversión por propia y deliberada iniciativa al Dios que da la vida, Fuente perenne del verdadero creyente, Verdad eterna del verdadero sabio.
Es mejor no pedir ninguna señal al Señor. Con esto hacemos mejor mérito a nuestra fe en Él.

Propósito:
Rezar el resto de esta semana, una oración para pedir la humildad.

Diálogo con Cristo:
Señor, ¡qué distinto sería el mundo si los cristianos viviéramos en todo tu mensaje redentor! Mi falta de fe y soberbia inutilizan tu gracia, porque aunque digo que soy cristiano, muchas veces, en la vida diaria, me comporto como si no lo fuera, porque frecuentemente pierdo la paciencia, soy mal humorado y altanero en mi trato con los demás. Ayúdame para que, lleno de alegría y optimismo, dedique mi tiempo a querer, a amar, a sonreír y a poner en práctica mi fe para hacer feliz a los demás.

Lecturas del Día Miércoles, febrero 20, 2013

Primera lectura:
Del libro del profeta Jonás: 3, 1-10
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar".
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros, mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: "Que hombres y animales, vacas y ove-jas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos".
Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.

Salmo responsorial:
Del salmo 50
R/. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.

Evangelio:
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: "La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás".

martes, 19 de febrero de 2013

El Evangelio Meditado del Día Martes, febrero 19, 2013

Autor: Ignacio Sarre | Fuente: Catholic.net
Jesús enseña a orar
Mateo 6, 7-15. Cuaresma. Un "Padre nuestro", rezado como un acto de amor y de entrega, arranca de Dios aquello que más necesitamos.
Jesús enseña a orar
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

Oración introductoria:
Señor, quiero iniciar mi oración llamándote ¡Padre! Permite que sepa meditar la profundidad de esta realidad tan hermosa. Por mi bautismo, ¡soy un verdadero hijo tuyo! Tomado con fe, esperanza y mucho amor de tu mano, concédeme que la presencia de Jesucristo en mi vida me convierta en un digno hijo tuyo.

Petición:
Padre, que siempre rece el Padrenuestro.

Meditación del Papa:
Nuestra oración es muy a menudo, una petición de ayuda en momentos de necesidad. Y esto es normal para el hombre porque necesitamos ayuda, necesitamos de los demás, necesitamos de Dios. Así es que para nosotros es normal pedirle algo a Dios, buscar su ayuda; y debemos tener en cuenta que la oración que el Señor nos enseñó: el "Padre nuestro" es una oración de petición, y con esta oración el Señor nos enseña la importancia de nuestra oración, limpia y purifica nuestros deseos, y de este modo limpia y purifica nuestro corazón. Así es que, si de por sí es algo normal que en la oración pidamos alguna cosa, no debería ser siempre así.
Hay también ocasión para dar gracias, y si estamos atentos, veremos que recibimos de Dios tantas cosas buenas: es tan bueno con nosotros que conviene, es necesario darle gracias. Y esta debe ser también una oración de alabanza: si nuestro corazón está abierto, a pesar de todos los problemas, apreciamos también la belleza de su creación, la bondad que nos muestra en su creación. (Benedicto XVI, 20 de junio de 2012).

Reflexión:
Basta decir "Padre"
Un hijo tiene "algo" que su padre no puede resistir, sin poder explicar bien por qué. Así es esto de ser padre. A Dios también le pasa. Cristo nos pasó el secreto, al enseñarnos a orar, empezando con esa palabra mágica que lo puede todo, si la decimos con el corazón: "Padre". No importa cuántas palabras digamos. Tampoco si las frases tienen sentido o belleza literaria. Lo que a El le importa es que somos nosotros, sus hijos, quienes nos dirigimos a Él.
Un "Padre nuestro", rezado como un acto de amor y de entrega, arranca de Dios aquello que más necesitamos. Cada una de sus palabras puede ayudarnos a hacer una nueva oración, pues contiene las verdades más profundas de nuestra fe. Que Él es nuestro Padre; y de ahí se deriva que nos ama, que nos escucha, que nos cuida, que nos espera en el cielo. Que nuestra vida tiene sentido en buscar su gloria, en instaurar su Reino en el mundo, en cumplir su voluntad. Que nos cuida de los peligros y nos da el alimento y la fuerza espiritual que necesitamos para recorrer el camino hacia ÉL.
Quizás desde muy pequeños venimos repitiendo, con mayor o menor devoción, la gran oración del cristiano. Pero sin duda, cada vez que lo hacemos, Dios "interrumpe todas sus ocupaciones" para escucharnos y atendernos como el mejor de los padres.

Propósito:
Con confianza y humildad hacer un acto de alabanza y adoración a Dios recitando el padrenuestro y algunos salmos.

Diálogo con Cristo:
Gracias, Señor, por enseñarme a orar. Sé que me puedo acercar a Ti con toda confianza, con la seguridad de ser escuchado y la certeza de ser amado. Que esta familiaridad no me lleve a olvidar con quién estoy tratando. Humildemente te pido que sepa, al igual que tu Madre Santísima lo hizo, reconocer y corresponder a las grandes maravillas con las que quieres enriquecer mi vida.