jueves, 31 de enero de 2013

Lecturas del Día Jueves, enero 31, 2013

Primera lectura:
De la carta a los hebreos: 10, 19-25
Hermanos: En virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque Él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras. No abandonemos, como suelen hacerlo algunos, la costumbre de asistir a nuestras asambleas; al contrario, animémonos los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.

Salmo responsorial:
Del salmo 23
Busquemos a Dios, nuestro Señor.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en el habitan, pues Él lo edificó sobre los mares Él fue quien lo asentó sobre los ríos.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.

Evangelio: 
Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 21-25
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "¿Acaso enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Por qué si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga". Siguió hablándoles y les dijo: "Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará".

1 comentario:

  1. La exhortación final de la Carta a los Hebreos rebosa una confianza y una fe plenas en la eficiente ruta que el Señor Jesús, como Sumo Sacerdote obediente, ha pavimentado para todos sus hermanos Los lectores de la carta somos invitados a reconocernos como familia de Dios y a acercarnos sin temor alguno al Padre La exhortación a vivir una actitud de confianza y cercanía encuentra sentido si recordamos las numerosas barreras y prohibiciones que el culto israelita había establecido en el templo de Jerusalén. Solamente el Sumo Sacerdote traspasaba la cortina que conducía al Santo de los Santos, los demos israelitas debían mantenerse distantes. La incorporación al linaje sacerdotal de Jesús despeja el camino al Padre de todos los obstáculos. La comunidad cristiana no puede olvidarse de la doble exigencia de purificación: lavados en lo íntimo y purificados en lo exterior, hemos de vivir animosamente viviendo el amor fraterno como razón de ser de nuestra pertenencia a la familia de Dios.

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